48; 𝖠𝗇𝗀𝗎𝗂𝗈𝗅𝖺.

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Anguiola, por primera vez en bastante tiempo, golpeo a Nuevo Berk, Hipo fué una de las personas que se aisló en el gran salón, para la suerte de Astrid eran bastantes personas encerradas, incluso su hijo estaba entre esa multitud, había enviado a un grupo de gente a buscar la medicina, Hipo salió del gran salón algo débil, Astrid se acerco a el con un escudo y un trapo cubriendo su nariz y boca.

~¿Como te sientes?

Pregunto ella, Hipo estornudo, pero para su suerte se cubrió con el escudo, ella no se podía quejar de que un hombre de 1,85 y 61kg le estornudara encima, y si recordamos en la última peste Estoico le estornudo dos veces a Hipo.

~Estoy perfecto, echo y dere- ¡Achu!

Ella nuevamente puso el escudó entre su marido y ella, no soportaba ver a su marido e hijo en ese estado, ya había perdido a Zephyr y no quería perder a ninguno de los dos.

~Para el anochecer estarás bien, lo prometo.

Se quito el trapo que cubría su boca y nariz, le sonrió a su marido para darle un pequeño beso en los labios, no le importó que el estuviera enfermo, solo le importó darle la seguridad de que todo iría bien.

~Bien, pero vete de aquí antes de qué te enfermes.

Ambos soltaron una risa, ella se puso el trapo en su boca y nariz, y se alejo del lugar, antes de irse a bañar escuchó un grito.

~¡Te amo!

~¡Tambien yo, ahora callate y entra!

Los cercanos soltaron una risa, Hipo hizó caso ante la órden de su amada, Astrid continuo en su camino para una cálida ducha, en lo quel agua caía por su cabello y cuerpo, ella estalló en lágrimas, silenciosas pero dolorosas. Paso sus manos algo desesperada por su cara, se arrodilló hundiendo su cara entre sus piernas.

~Mamá..

Fué lo único que ella dejo salír de su boca, quería gritar, pero era conciente de que Brutilda estaba afuera, ¿Por que estaba afuera? En la noche llegarían jefes de tribus y un rey, así qué la mayoría de mujeres tendrían que ponerse vestido, tendrían que ser elegantes en todo momento que este el rey.

Astrid se lavo la cara y salió de la ducha, se puso la ropa interior y se paro adelante de Brutilda, evitó llorar pero fué inútil, ya daba igual de que Brutilda la viera llorar, Brutilda la abrazo con fuerza y ella correspondió.

~Esta bien no estar bien.

Astrid se calmo bastante, su amiga le puso el corce algo suelto antes de que ella lo amarrara.

~No entiendo porque tengo que ponerme un vestido, soy vikinga no una dama de honor.

Se quejo Astrid, Brutilda tomo las cuerdas del corce, Astrid tomo una pared para evitar caerse en el momento de que Brutilda jalara las cuerdas.

~Ajá, ¿El rey no podría entender eso? Digo, debe entender que somos guerreros, y no princesitas.

Astrid solto una risa sintiendo el amarre de Brutilda, del corce. Hablaron un rato en lo que esperaban el anochecer.

᭙ꫝꫀ𝘳ꫀ ꪀꪮ ꪮᥒꫀ ᧁꪮꫀ᥉. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora