Haseul acomodó su falda en el espejo del baño, se colocó un poco de perfume y retocó su lápiz labial. Se dio una última mirada aprobatoria y desabrochó los primeros dos botones de su blusa lista para entrar a la oficina.- ¿Se puede?
- Adelante, pasa.
Observó a su jefe, mordiendo inconscientemente su labio ¿existiría un hombre más atractivo?
Choi Youngjae.
Dueño de la importantísima empresa farmacológica "HYH" en Seúl. De aproximadamente cincuenta años de edad, con un legado innegable, máster en negocios y un encanto que derretía a cualquiera. Llevaba en el negocio por más de veinticinco años y no existía ser humano que le siguiera los pasos. Temido por muchos y odiado por la mayoría, era uno de los hombres más ricos del país.
Pero el tesoro más grande del magnate no se encontraba en aquella oficina.
Conoció el amor en su época universitaria, aquella joven hermosa de cabello oscuro que montaba a caballo en el club privado al que asistía. Su orgullo le decía que sería su esposa y así lo fue.
Para su desgracia, la felicidad duró poco. Después de proclamarse el hombre más feliz del mundo ante la noticia de su paternidad, su mujer perdió la vida en el parto, dejando como consuelo a sus tres hermosas hijas, Hyunjin, Yerim y Hyeju, quienes poseían la inteligencia y belleza de su madre.
- Esta mañana llegó el contrato de los provedores de Tailandia - dejó los papeles en su escritorio - Aquí están.
Por otra parte se encontraba Cho Haseul. La pobre y tonta Cho Haseul.
De familia de clase media, hija única y con pocas probabilidades de estudio, su vida dió un giro cuando conoció a su primer novio en la secundaria. Ante la falta de conocimiento sobre el romance, creyó que aquel chico que le prometió amor eterno a los catorce años sería el indicado. Sin embargo nadie le explicó que la muestra más grande de amor tendría consecuencias.
Se convirtió en madre antes de cumplir los quince años. Sus padres la echaron, quedando completamente a abandonada cuando se enteraron de la noticia, pero para su buena suerte, Im Changkyun no desconoció a su hija.
Se fueron a vivir juntos, dándole la oportunidad a Haseul de estudiar como secretaria en una escuela no muy reconocida. Aún así, su amor de secundaria no duró más de tres años, fue entonces que las peleas y discusiones se convirtieron en una agotadora rutina. Haseul tomó a la pequeña Yeojin y se fue a construir su propio hogar.
Afortunadamente, cuando Yeojin cumplió ocho, consiguió trabajo en una de las empresas más importantes del país. Comenzó como mensajera pero su notable carácter hizo que fuera ascendiendo poco a poco hasta convertirse en la asistente de presidencia.
Y ahí estaba ella, diez años después y eternamente enamorada de su jefe; Choi Youngjae.
Se sentía patética de solo fantasear ante la idea de una vida juntos, él era un hombre muy guapo y con mucho dinero, y ella una simple secretaria.
Aspirar a obtener más a ella de una mirada era soñar alto, con la terrible advertencia de caer de las nubes y aterrizar en la realidad. Sorprendentemente, el tiempo pasó y las cosas fueron cambiando.
- ¿Por qué no dejas eso para otro momento y cenas conmigo esta noche? - le robó un beso, haciendo que su amante se sonrojase - ¿Has pensado en lo que te dije?
La mirada de Haseul se congeló ante la propuesta de una realidad que no estaba segura de poder manejar - No sé si sea buena idea, Youngjae - respondió tratando de adaptarse aun ante la informalidad.
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El ataque a la familia Choi
RandomCuando Choi Youngjae padre de las trillizas, decide casarse con su secretaria Cho Haseul una serie de eventos desafortunados atormentarán a la familia. Multiship(: NOTA: Esta historia contiene temas delicados, se recomienda discreción. *La historia...