Kyle
El miércoles por la tarde, Kyle se encontraba trabajando en la restauración de una motocicleta vieja. Un trabajo especial que he había pedido Bobby el día anterior. Luego de eso, Kyle se había pasado el día entero del martes trabajándola, siendo sus únicos descansos las veces en que lo solicitaban para chequear el auto de otros clientes.
Estaba ocupado retirando varias piezas viejas y revisando si algunas aún podían servir para algo, cuando su teléfono comenzó a sonar, interrumpiendo su canción favorita del momento. Esperó unos cuantos segundos antes de contestar, tomando su tiempo para limpiar sus manos. Contestó sin ver quién lo llamaba.
—¿Bueno?
—¡Kyle!
La voz de Dylan lo sobresaltó. A pesar de que le había dicho que le llamara si quería hacer algo el miércoles, realmente no pensó que lo haría. No porque Kyle no quisiera pasar el rato con el chico, sino porque no se veía muy feliz cuando lo encontró en su casa.
Por esa razón le había sorprendido, pero lo que hizo que se sobresaltara era que, cuando el de ojos verdes dejó la casa de Dylan, se había admitido a sí mismo que el castaño lo ponía nervioso. No porque de pronto le gustara Dylan Carter, ya que a él le gustaban las chicas, sino porque era el primer amigo que tenía y no quería echarlo a perder.
—¿Qué pasa, Carter? —preguntó, mucho más relajado de lo que pensó que estaría.
—Te llamaba para darte una grandiosa noticia —el muchacho parecía entusiasmado—. Seguí tu consejo sobre regresar al equipo de lacrosse y... ¡entré al equpo! Bueno, algo así. Tendré un partido de prueba y depende lo que suceda, podré quedarme.
Kyle simplemente no pudo contener la sonrisa que se le formaba en los labios. Dylan parecía verdaderamente feliz y todo por seguir su consejo. Por fin había hecho algo bien con alguien.
—Entrenador de vida Kyle Montgomery a sus órdenes —le dijo como respuesta, intentando no saltar a la parte de felicitaciones todavía—. Esta sesión te la hice gratis, pero te digo que comenzaré a subir precios.
Dylan rio, por alguna razón disfrutando de la tonta broma de Kyle. Tal vez era el simple hecho de que estaba de buen humor.
—Te dije que tenías vocación —le siguió la corriente.
El de ojos verdes ya no comentó nada al respecto.
—Felicidades, parece que lo estás disfrutando —terminó por decir, un poco menos animado, mientras lo sucedido el día lunes le regresaba a la cabeza.
—Sí, creo que he tomado una buena decisión —concluyó el chico—. Bueno, el asunto es que también te llamaba porque Baverly, Trevor y yo pensábamos en ir a celebrarlo con hamburguesas y batidos... ¿quieres venir?
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The Crash
Teen Fiction-Así que... ustedes dos son... ¿amigos? Kyle desvió la mirada a todos lados, evitando encontrar la de Dylan. -No estoy en contra, pero saben que es una locura, ¿verdad? Tú, Dylan, eres literalmente todo lo que representa al lado norte y tú, Kyle, p...