Confesiones

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Dylan 

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Dylan 


El pasillo estaba prácticamente vacío cuando el castaño regresó a la escuela. Corrió tan rápido como pudo para llegar a su clase y se alivió tanto como se enfureció cuando se dio cuenta que el profesor de Biología todavía no había llegado. Le aliviaba que no estuviese llegando tarde a su clase, pero le enfureció el haber corrido hasta quedarse sin aire para llegar pronto cuando el profesor ni siquiera se había presentado. 

Entró al salón jadeando, agradeciendo un poco que los demás estuviesen demasiado metidos en sus conversaciones como para darse cuenta del aspecto de Dylan, quien parecía haber llegado de una maratón. 

Caminó más tranquilo hasta su asiento doble, en donde Baverly lo esperaba impaciente. 

—¿En dónde demonios estuviste? Trevor y yo estuvimos esperándote en el almuerzo —le reprendió de inmediato. 

Dylan había estado tan decidido en ir a buscar a Kyle que olvidó mencionárselo a sus amigos. 

Decidió no responderle hasta que tanto su respiración como sus latidos regresaran a un ritmo normal. 

—Hice algo terrible, Baverly —dijo, soltando un gran suspiro. Se volvió a la chica—. Kyle se marchó de mi casa el viernes en la noche. Pasé todo el fin de semana buscándolo y hoy que lo encontré... —volvió a soltar el aire, negando con la cabeza, simplemente decepcionado—. No creo que vuelva a hablarme. 

—Dylan, vamos —el tono de la rubia era escéptico—. No lo conozco muy bien, pero... es Kyle. ¿Qué pudiste haber hecho para que no quisiera hablarte? 

El castaño cerró los ojos, entre arrepentido, avergonzado y molesto. Su amiga no tenía ni idea. 

—Te contaré, pero no aquí —se decidió, echándole un vistazo a su alrededor. Nadie les estaba poniendo atención, claramente, pero no quería correr el riesgo de que alguien los escuchara por accidente. 

No le importaba decirle a ninguno de sus amigos, pero tampoco quería que toda la escuela terminara enterándose. De lo contrario, ya podía imaginarse el nuevo escándalo escolar, considerando que quienes lo conocían, también conocían su antigua relación con Zoey. 

Dylan consultó la hora. Habían pasado ya quince minutos del inicio de la clase y el profesor no se había presentado. Era cierto que ese maestro tenía buena asistencia, pero no era nada raro que faltara a clase. 

Ambos tomaron sus cosas, justo cuando otro de sus compañeros anunciaba que los quince minutos habían pasado y comenzaron a salir del salón. Dylan se alejó de la multitud, jalando a Bailey por el brazo y arrastrándola hasta el vestuario de los chicos, el cual se encontraba completamente vacío. 

—Besé a Kyle. 

—¿¡Qué!? 

—En los labios —obvió, sin saber por qué tuvo que aclarar aquello. Seguro eran los nervios hablando—. E eso no es todo... él me besó de regreso. Realmente lo hizo... con mucho entusiasmo. 

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