Kyle
Había hecho un gran trabajo con el Volkswagen y Bobby realmente no podía negarlo. Incluso el dueño había mencionado que el motor sonaba diferente, como cuando lo había comprado. Kyle hasta se había ganado unos dólares más como propina, algo que no sucedía a menudo en el taller. Los mecánicos no eran camareros, no recibían propinas.
El cliente había llegado por su auto el lunes a medio día y Kyle por fin había juntado los seiscientos dólares que le debía a Dylan. Había pensado en esperar hasta el fin de semana para pagar su deuda, pero si lo hacía de una vez, entonces ya no tendría de qué preocuparse el resto de la semana. Sería libre.
Además, así no e arriesgaría a que Nick volviera a encontrar el dinero y terminara quitándoselo.
Aquí que, a la mitad de la tarde, Kyle había pedido permiso para salir antes del trabajo y se dirigió directo al lado norte, a la escuela de Dylan. Tenía que admitir que su plan no era solo darle el dinero. No tenía nada de malo querer molestarlo un poco. Sabía que aparecerse en su escuela sería incómodo para el chico y si lograba humillarlo a un nivel racional, entonces el día de Kyle estaría completo.
De cualquier modo, el chico se lo debía por lo sucedido el viernes en la noche.
Llegó justo a la hora de salida, cuando el aparcamiento comenzaba a vaciarse. Por un segundo se planteó el que Dylan ya se había ido, pero al dar un par de vueltas buscando espacio para estacionarse encontró el auto del chico, verificando que él seguía en la escuela.
Se estacionó no muy lejos del auto del chico y esperó dentro hasta que éste apareciera. Cuando el estacionamiento estuvo casi vacío y Dylan no daba indicios de vida, Kyle bajó del auto y se dirigió a un par de chicas que justo caminaban a su coche.
Kyle no era de esos que se aproximaban a las personas para charlar, pero tampoco era que quisiera pasar toda su tarde en el aparcamiento de una escuela solo por un chico, así que se obligó a preguntar por Dylan.
Las chicas se dieron cuenta de sus intenciones y se quedaron esperando a que este llegara con ellas.
—Hola, disculpa —llamó su atención, intentando parecer un chico amigable, pero no se le daba para nada bien—. ¿Sabes en dónde puedo encontrar a Dylan Carter?
Kyle muy tarde se planteó en si no era muy tonto preguntar por el chico, en caso de que hubiera más de un Dylan en la escuela, hasta que recordó que era el capitán de lacrosse. La escuela entera debía conocerlo.
La chica de cabello negro sonrió son simpatía.
—Si pensabas esperarlo, creo que escogiste un mal día —dijo la chica, casi divertida.
—Está castigado —le siguió la otra de cabello rubio—. Saldrá hasta una hora tarde.
Kyle levantó una ceja.
ESTÁS LEYENDO
The Crash
Teen Fiction-Así que... ustedes dos son... ¿amigos? Kyle desvió la mirada a todos lados, evitando encontrar la de Dylan. -No estoy en contra, pero saben que es una locura, ¿verdad? Tú, Dylan, eres literalmente todo lo que representa al lado norte y tú, Kyle, p...