Voy a cuidarte

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Dylan 

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Dylan 


Baverly se había ido apenas hacia una media hora, pero la casa ya se sentía completamente vacía y él completamente solo, y la fuerte lluvia no lo hacía mejor. 

Se encontraba recostado en su cama, con la música bastante fuerte, aprovechando que no hubiese nadie más en casa. Aunque muy pronto se aburrió de estar tirado sobre el colchón, así que se sentó en su escritorio, buscando algo que hacer. A su suerte, había terminado todas sus tareas del día siguiente, pero no se sentía con muchos ánimos de adelantar las de la siguiente semana. 

Recorrió su habitación con la mirada y no pudo evitar sonreír cuando sus ojos se encontraron con el cisne de papel en su repisa. 

No era lo que quería, pero el castaño terminó decidiendo ver qué cosas interesantes le ofrecía su teléfono. Al no encontrar nada en sus redes sociales, se fue a su galería de fotos, con la intención de eliminar algunas innecesarias para liberar espacio. 

En las fotografías tomadas desde su cámara, encontró algo que no había visto antes. 

Dylan no solía tomarse fotos de sí mismo, ni era de las personas que pedían una foto de grupo, esa era principalmente Baverly. Sabía que algunas de las imágenes que tomó la chica eran de ella y él juntos, lo hizo desde el teléfono del castaño, pero aparentemente no se había detenido ahí. 

Él recordó que, siempre que su amiga pedía por una foto grupal, Kyle se hacía el loco o se negaba o hacía cualquier cosa para no salir en la cámara. Baverly lo había atrapado, porque terminó por tomarle algunas fotos de un Kyle distraído. Claro, no todas eran sobre el chico, ahí también habían de Dylan y Trevor, pero el castaño solo pudo concentrarse en las del chico del lado sur, con sus ojos verdes y su mirada intensa. 

Algunas casi parecían hechas con profesionalismo, por los ángulos, mientras que en otras, Kyle solo aparecía con su mano sobre el rostro o sobre la cámara, evitando a toda costa que la rubia capturara su imagen. 

Lo que el chico no se había dado cuenta, era que Baverly logró tomar unas buenas fotografías de un Kyle sonriente y distraído. Dylan se tomó un momento para observar la imagen detenidamente. 

El chico miraba para algún lado indefinido, la claridad del día se había reflejado en sus ojos verdes, haciéndolos lucir incluso más claros. Increíblemente sonreía, con dientes blancos y perfectos. Tenía uno de sus brazos cruzando el pecho hasta que su mano tocaba su cuello, con las mangas de su camisa rojo oscuro cubriendo todo el dorso de su mano. Por alguna razón, eso hizo que, para Dylan, el chico se viera inocente, reservado; como si quiera pasar desapercibido. 

«Kyle es... atractivo» se atrevió a pensar, convenciéndose a sí mismo que, el hecho de que un chico supiera si otro era atractivo o no, no era nada raro. Era decir, tenía ojos. Cualquiera podía darse cuenta de la belleza de Kyle Montgomery. 

The CrashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora