Futuro

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Kyle 

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Kyle 


Se encontraba en su habitación, sentado en la cama con su perro recostado a su lado. Mantenía sus antebrazos reposados en sus muslos, con las manos sosteniendo un pequeño pedazo de papel. Un nombre y un número impreso de manera elegante y, si le daba la vuelta, una nota hecha a mano con letra temblorosa. 

Kyle había recibido aquella tarjeta de presentación hacia una semana y aún no podía creer que realmente estuviera sosteniendo una verdadera oportunidad de empezar de nuevo en las manos. 

El día en que se la habían dado, un hombre vestido, no de manera elegante, pero sí semi formal, había llegado al taller. 

—¿Hay algo en que pueda ayudarle? —le había preguntado el de ojos verdes cuando vio que el hombre, después de salir del auto, parecía perdido, viendo hacia todos lados, como buscando algo. 

—Estoy buscando a Kyle Montgomery. 

El chico se cruzó de brazos. 

—¿Quién lo busca? —si algo había aprendido de sus años en el lado sur, era que nunca debía exponerse a ninguna persona que lo estuviese buscando por su nombre sin haberlo conocido antes. Aquello ahorraba muchos problemas. 

—Mi nombre es Ian Clark, soy dueño de una línea de talleres, solo quería hablar con él. 

Kyle se dedicó unos segundos a estudiar a ese tal Ian Clark, le sonaba el nombre, pero el recuerdo era muy vago, así que lo ignoró y se dedicó a estudiar su apariencia. Su cabello era castaño oscuro y muy corto, era casi de la misma altura que Kyle y se veía de la edad de su madre. En su mirada no se dejaban ver malas intenciones. De hecho, parecía que genuinamente quería hablar con él, pero mantenía cierto aire de autoridad. 

—Yo soy Kyle —admitió con indiferencia, pero al hombre pareció iluminársele la mirada. 

—Oh, un gusto, muchacho —le extendió la mano, con esperanza que se la aceptara, lo que Kyle hizo, pero muy brevemente—. Tú le vendiste una motocicleta restaurada a mi hijo, ¿no es así? 

Y entonces ahí se le prendió el foco. Ian Clark era el nombre que llevaba el cheque con el que el comprador de la motocicleta había pagado. No lo recordaba porque la letra no era muy comprensible, pero ahora sí lo recordaba. 

—¿Hubo algún problema? —indagó, preguntándose internamente en si no había admitido que era él a quien buscaba demasiado pronto. 

—No, para nada. De hecho, todo lo contrario, la motocicleta parece estar como nueva. Y es por eso que vine —Clark parecía entusiasmado, mientras Kyle solo podía pensar una y otra vez qué quería un hombre con dinero con un chico como él—. Verás, como dije, tengo una cadena de talleres, no solo en este pueblo, sino en otros dos más. Nuestro negocio principal es el de reparar vehículos, pero también tenemos un área apartada para restaurarlos. Nos ha ido bien, pero nos hace falta personas que puedan hacer que lo viejo se vea como nuevo. Personas como tú. 

The CrashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora