Dylan
La voz de Kyle se había colado por entre su sueño y había logrado escuchar partes de lo que el chico le estaba diciendo. Eso hizo que Dylan tuviera la terrible necesidad de abrir los ojos y, al hacerlo, su corazón se rompió en pedazos cuando vio al chico llorando. Le secó las lágrimas y la sonrisa que este le dio fue lo que le dio más fuerza aún. Jamás había visto a Kyle llorar tanto como ese día en el hospital y no era algo que quisiera repetir. Le había destrozado más el verlo sufrir por él, que el hecho de haber recibido una cuchillada en el abdomen. La herida en aquel momento no le importaba, solo le importaba hacerle ver al chico que estaba bien. Que todo iba a estar bien.
Por más que hubiese querido que su novio se quedara con él, el chico también debía volver a casa a descansar, según lo que le habían contado, Kyle estaba mal. Sin embargo, eso no lo detuvo de ir a visitarlo temprano en la mañana. Cuando entró a la habitación con una ligera sonrisa en los labios, Dylan pudo darse cuenta el esfuerzo que estaba haciendo para no demostrar el dolor que sentía, pero él podía verlo. Le dolía cada paso que daba y aun así ahí estaba, queriendo estar a su lado.
Si tan solo pudiera abrazarlo y besarlo como nunca. Quería demostrarle lo mucho que lo amaba en ese momento y agradecerle todo lo que quería hacer por él.
—Escuché que te darán de alta en un par de horas —le dijo mientras se inclinaba a darle un delicado beso en la frente—. ¿Crees que tus padres me dejen ir a cuidar de ti?
Dylan sonrió, sin poder apartar la mirada del de ojos verdes. Se veía extremadamente cansado, era seguro que las pocas horas que había dormido no habían sido suficientes, si es que había logrado dormir algo. Los golpes en su rostro se miraban intensos, considerando la tonalidad de su piel. Sin embargo, a pesar de todo eso, para Dylan seguía siendo de lo más hermoso. Aunque, tenía que admitir, que había algo en su mirada que no estaba del todo bien.
—¿Cómo esperas cuidarme cuando apenas puedes estar de pie? —bromeó, buscando su mano. Kyle se la tomó con fuerza. Incluso solo su tacto era gratificante.
Su novio negó con la cabeza.
—Yo estaré bien —le sonrió a medias, mientras llevaba su mano hasta sus labios para besarla, lo que hizo sonrojar un poco a Dylan—. Quiero hacer lo posible por que tú estés bien.
—Solo tienes que estar a mi lado y yo estaré bien —le dijo mientras le dedicaba una enorme sonrisa, sin importarle ya lo cursi que podían llegar a ser sus palabras.
Kyle intentó sonreír igual, pero Dylan se dio cuenta que le tomó el doble de esfuerzo. Algo no estaba bien, pero honestamente no tenía fuerzas de preguntar. Tal vez luego lo averiguaría.
Cómo Kyle había convencido a sus padres de ser su enfermero, nunca lo sabría. Al pobre le costaba moverse, pero esto no lo limitaba a ir de un lado a otro en casa de Dylan, trayendo cualquier cosa que él necesitara, aún si no se lo pedía. Mientras, lo único que realmente quería el castaño era que su novio se quedara a su lado y lo reconfortara solo con su cercanía. Para Dylan, el simple hecho de estar en la misma habitación con Kyle era suficiente.
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The Crash
Teen Fiction-Así que... ustedes dos son... ¿amigos? Kyle desvió la mirada a todos lados, evitando encontrar la de Dylan. -No estoy en contra, pero saben que es una locura, ¿verdad? Tú, Dylan, eres literalmente todo lo que representa al lado norte y tú, Kyle, p...