Capitulo cuarenta y tres.

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                                                                         43.

Golpe.

Sentí la fría pared de la cocina contra mi espalda desnuda. Mis brazos rodeaban el cuello de Justin y mis labios se entregaban a él. Gemí de nuevo contra sus labios al sentir uno de sus dedos entrar en mí. Me sobresalté cuando entro el segundo, y jadeé.

Una segunda caricia hizo que soltara otro gemido y le permitió a Justin poder meter su lengua en mi boca. Su otro brazo me rodeaba por la cintura, apegándome a él mientras me hacía sentir el calor que su cuerpo emanaba encima de mis pechos. Los cuales estaban adoloridos por las manos y la boca de él.

Justin se separó de mí y bajó dándome anhelantes besos por mi cuello, mordiéndome y sonriendo contra él. Su boca bajó de nuevo a mis pechos y enredé mis dedos en su sedoso cabello. Estábamos perdiendo el control de nuevo.

Mi cuerpo se sacudió del susto cuando la puerta de la cocina se abrió revelando a Damon cargado de bolsas de supermercado con Kendall a su lado trayendo dos más.

—Joder, le he visto los pechos a la novia de mi mejor amigo.

Damon me miró con una sonrisa burlona en sus labios, y me guiñó un ojo. Me sonrojé por completo. Cubrí mis pechos con mis brazos, y parte de mi cabello. Justin se sacó su sudadera, y le dio la espalda a los chicos cubriéndome. Me la colocó y suavemente me besó en los labios.

—Ahí es donde cocinamos. —Se rió Kendall. —¿No podrían haber buscado otro lugar? 

—Ken. —Me sonrojé. Justin me tomó por la cadera, y me bajó de la encimera de la cocina. Íbamos saliendo de la cocina cuando la risa de Damon hizo que me girara.

En su dedo índice colgaba mi brasier.

—Qué lindo. —Se rio—Victoria’s secret.

Justin lo miró y se lo quitó de las manos.

—Idiota. —Espetó rodando los ojos.

—Lamentamos haber interrumpido su escena de película porno. —Se encogió de hombros con una sonrisa, y Justin ahora no pudo evitar reír. Negó con la cabeza, y me tomó de la mano para ir fuera.

Nos sentamos en el comedor de la terraza y lo miré. Me hizo una seña, y me senté en sus piernas. Sentí su excitación en mi trasero y me sonrojé. Él me miró pícaramente y a la vez con algo de vergüenza.

—Lo siento. —Soltó una risa que me dejó encantada. —Es que como…

Besé sus labios para que dejara de hablar.

—¿Qué haremos ahora? —Suspiré. —¿Dónde iremos?

Los chicos habían hablado con Adrián hoy por teléfono, y este nos había informado que Dominic estaba en Sydney planeaba algo para encontrarnos.

—Damon quiere…—Se pasó una mano por el cabello. —Damon y yo queremos llevar a cabo un plan en contra de Isaiah.

Mis ojos se abrieron. No lo conocía. No conocía a Isaiah en lo absoluto. Pero lo que tenía por en frente, y seguro es que él era peligroso. E involucrarse con él también lo era.

—¿Estás jugando? —Pregunté. El negó con la cabeza y me acarició la mejilla.

—No sé que hacer. —Confesó. —Por primera vez en mi vida no me siento cómodo haciendo esto.

—¿Tiene que ver conmigo? —Susurré.

—En parte. —Admitió. —No quiero involucrarte en esto. No eres así. No tienes porqué. Me gustaría por dejarte ir, y que seas feliz, y estés a salvo. —Apoyó su rostro en mi hombro. —Pero no puedo. Te quiero demasiado. No puedo estar lejos de ti.

BANG. (Justin Bieber) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora