BANG. (Justin Bieber)

Capitulo setenta y uno.

71.

Problemas —Parte uno.

 

Desperté con una resaca inmensa y pensando en lo que había pasado la noche anterior. Suspiré, sentándome en la cama de Justin. Estaba completamente sola. Me llevé una mano a la frente.

Dios mío.

Internamente, me regañé y me dije a mi misma que jamás probaría otra gota de alcohol en mi vida pero mi subconsciente y yo sabíamos que eso no iba enserio. Me tiré hacia atrás y encendí la televisión perdiéndome entre las tapas blancas de la cama de Justin.

Él entró con una bandeja, traía dos tostadas, un vaso de jugo de naranja, uvas, un pequeño pote con cereales y un yogurt. Y además, un vaso con una cosa rara que lucía horrenda. Dejo la bandeja a mi lado y se sentó junto a mí. Suspiró y me besó la mejilla.

—Buenos días muñeca. —Dijo con una sonrisa de lado. Oh, ¿así que no estaba enojado? Bueno, él no tenía por qué. Yo en cambio sí, pero no quería pensar en esa tía de anoche.

—Buenos días. —Murmuré restregándome los ojos, y colocando todo mi cabello hacía un lado.

—¿Estás... hm...?

—¿Enojada? —Pregunté.

—¿Si? —Preguntó de vuelta luciendo incómodo. Lo sabía. Cuando estaba así se mordía el labio, se llevaba la mano a la nuca y ladeaba un poco la cabeza. También hacia eso cuando mentía.

—No, pero puedo asegurarte que si anoche no hubiera estado ebria te hubiera mandado al carajo.

Él soltó una risa.

—Maldición muñeca. Come tu desayuno. —Levante mis cejas mientras lo observaba.

—¿Y esa cosa rara de ahí que es? —Pregunté mirándola con despecho.

—Ah, es una malteada. Cassandra y yo decidimos que hoy comenzaremos con tu entrenamiento. Así que vamos, come y no te duches, eso... créeme, querrás hacerlo luego de acabar.

—¿Qué? ¡No! —Dije tapándome de nuevo, con cuidado de no derramar el jugo de naranja sobre la cama.

—Si. Aceptaste y además lo necesitas. Vamos. Eso te lo tienes que tomar luego de que termines.

—Se ve horrible, voy a vomitarlo todo.

—No seas dramática, cuando empecé con todo esto Isaiah me hacía tomarlo todos los días. No es tan malo como crees. Solo toma un poco y luego bebe agua... o bueno, el jugo de naranja para que sea pasable.

—Dios mío, no puedo creer que haré esto.

—Créelo. Vamos, come. —Le di una mordida a una de las tostadas, y él abrió el yogurt para echarlo encima del cereal.

—¿y Zoey?

—Ah, está durmiendo en el cuarto donde se queda Cassandra. —Le quitó importancia. —Ella despertará peor que tú. —Murmuró.

Media hora después, Cassandra me había pasado unos shorts cortos y un top deportivo. Ambos de color negro. También me había pasado zapatillas, y estábamos en una pequeña habitación donde los chicos tenían un mini gimnasio. Un saco de boxeo, una colchoneta para para hacer abdominales, pesas, y una cinta para correr.

Justin's POV.