Capitulo setenta y seis.

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76.


Desaparecida. –Parte uno.

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Besé a Justin en los labios. Hm. Era algo así como una adicción. A veces me preguntaba si existiría algo más perfecto que estar con él. Lo miré, y una flojera inmensa me invadió. Joder, eran las cuatro de la tarde y estábamos tirados en mi cama, en mi habitación.

Justin estaba jugando con la cámara. Tomaba fotos cada cinco segundos y ya me estaba acostumbrando al flash sobre mí. Sonreí y me enrede en él. Nuestras piernas estaban entrelazadas. Yo lo abrazaba y el me abrazada.

Simplemente perfecto.

–Me encantas. –Besó mi nariz. –Podría observarte todo el día.

Me sonrojé. Sentía que me había ganado la lotería. La mayoría de los adultos, por decirlo así, piensan que ''enamorarse de un chico malo'' resulta un desastre. Lo primero que pensé al estar con Justin fue que me rompería el corazón, emocionalmente hablando, como lo hacía con todas las chicas. Lo que los demás no saben sobre esto es que cuando el jodido chico malo se enamora, lo hace de verdad.

Tomó otra foto. Había salido casi escondida en su cuello. Me moví rápido, y me pegue en el maldito chichón que aún estaba presente en mi cabeza. Solté una maldición. Un rato después Justin se durmió.

Lo miré durante media hora. Tomé fotos de él dormido. Dios, era tan lindo. Comencé a darle pequeños besitos por todo su rostro. Aline llegaría hoy de España, el lugar donde la había enviado protección a testigos y Justin me dijo que debía irse a las cinco para ir a buscarla.

–Cariño ya despierta.

–Hm, cinco minutos. –Se giró, dándome la espalda.

–Aline llega hoy. ¿Lo recuerdas? Y son las cinco.

–¡Mierda!

Él se levantó de golpe y tomó su cámara. Se colocó las zapatillas rápidamente y se pasó la mano repetidas veces por el cabello mientras buscaba su celular y sus llaves. Luego se acercó a mí y me besó rápidamente, para salir con la ventana.

–¿No podrías salir por la puerta como un novio normal?

Él soltó una carcajada.

–No cuando está tu padre abajo y entré por la ventana. Te llamaré luego preciosa, te amo.

Pero él no alcanzó a salir. Justo cuando estaba poniendo un pie en el balcón, mi padre entro en mi habitación. Maldición, maldición, maldición. Estaba muerta. Jodidamente muerta.

Puede que mi papá me quisiera más que a cualquier otra cosa. Que fuera su bebé, su princesa y toda esa mierda pero a Justin no lo quería. Oh no, para nada. Me levanté rápidamente e intente tapar la ventana.

Papá me miró entre indignado y divertido. Pero más enojado e indignado que divertido.

–Justin. –Musitó seriamente. Oh maldición, mi intento de camuflaje había sido totalmente fallido. Sentí a mi novio aparecer por detrás de mí.

–Uhm, hola, señor.

–Baja por las escaleras. –Dijo papá mirándome. Joder, a mí.

–Claro...–Justin suspiró. –Nos vemos, Leah.

Gracias a Dios dijo mi nombre y no algún apodo como muñeca, o preciosa. Papá no podría haberlo soportado. El besó mi mejilla y le hizo un gesto de asentimiento a mi padre para luego desaparecer. El podía hacerlo. Podía irse y listo. ¿Pero y yo?

BANG. (Justin Bieber) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora