Capitulo catorce.

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                                                              14.

California – parte dos.

 

—Pasajeros del vuelo 402 con destino a California, aborden en la puerta siete. —Me desperté de golpe, ese era nuestro vuelo.

 —Justin… Justin despierta.

Lo sacudí un poco, y el abrió sus ojos. Al despertar parecía desorientado, luego le dije que ya debíamos irnos. Nos levantamos, y caminamos a la puerta siete. No me emocionaba la idea de pasar casi quince horas en un avión. Pero la azafata nos dijo que probablemente nos demoraríamos menos, ya que los vuelos estaban siendo más apresurados por navidad.

Nos llevaron a primera clase, y yo me senté en la ventana. Cuando ya todos se acomodaron, una azafata nos dijo que apagáramos nuestros teléfonos o los pusiéramos en modo avión, y ‘’disfrutáramos del viaje’’.

Mis ojos se cerraban, y lo único que quería hacer era dormir.

—¿Tienes sueño? —Susurró Justin. Asentí cerrando los ojos de nuevo. Sin abrirlos, busque en mi pequeño bolso mis lentes de sol. Justin tenía los suyos puestos, y se veía jodidamente encantador.

—Duerme en mi hombro.

Tomó la barra que separaba nuestros asientos, y la puso hacia atrás. Me acomodé en su pecho, y él me rodeo con su brazo derecho. Presioné un pequeño botón para que la azafata viniera. Cuando se nos posicionó en frente, Justin la miró de arriba abajo, deteniéndose unos segundos en sus pechos, y luego en sus piernas. Nos sonrió, -en realidad solo a él- y alisó su traje pasando sus manos por sus pechos y por su abdomen. Perra.

—¿Podrías traerme una almohada? —Pregunté irritada.

El par aún estaban comiéndose con la mirada. Me saque los lentes de sol y la miré.

—Claro. —Respondió. —¿Usted no necesita nada? —Le preguntó a Justin. Segundos después, se mordió el labio. 

—No, gracias. —Contestó.

—La almohada es para hoy. —Comenté. —Y tráeme una manta.

Me coloqué los lentes de sol de nuevo, y me crucé de brazos. Demonios, ¿Qué había sido eso? ¿Una escena de celos? Estás mal, Leah. Un minuto después ella llegó con dos almohadas y una mantita. Le pasó una almohada a Justin, y el la recibió con una sonrisa. ¡Él no le había pedido nada!

—¿Necesita algo más? —Pregunto sonriente de nuevo.

—De hecho sí—Contesté. Bajé mis lentes de sol de nuevo y la miré. —Necesito que dejes de coquetearle a mi novio. Él no está interesado en una chica como tú.

Ella aún seguía con esa sonrisa hipócrita en su cara.

—Señorita creo que me ha interpretado mal…—Comenzó a decir.

—Bueno, yo no lo creo, gracias. Puedes retirarte. —Le guiñé un ojo, y me coloqué los lentes de sol, nuevamente.

Doble mi cuello a la derecha, y comencé a mirar por la ventana. Todo mi cabello estaba hacia el lado derecho, dejando mi cuello al descubierto. Unos segundos después, sentí un beso en mi cuello seguido de un pequeño mordisco. Algo en mi interior se encendió, pero no me giré a mirar a Justin. Él se acercó más a mí y me besó de nuevo. Lentamente, me dio pequeños besos hasta llegar al lóbulo de mi oreja. Lo mordisqueo, y luego susurró en mi oído algunas palabras;

—¿Mi pequeña muñeca esta celosa? —Sus palabras enviaron escalofríos a todo mi cuerpo.

No contesté.

BANG. (Justin Bieber) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora