Capitulo treinta y uno.

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                                                            31.

Cena.

Justin’s POV.

Después de todo nuestro alborotado encuentro con Dominic e Isaiah, habíamos comido algo, y me encontraba en el centro comercial con Leah. Ya que le había prometido que iríamos de compras.

Nos paseamos por varias tiendas, y se terminó comprando dos pequeños sweaters que le llegaban al ombligo. 

Estaba algo aburrido, pero no iba decírselo. Aunque amaba que ella entrara y saliera cada cinco segundos del probador y me modérala cosas. Entonces, ella entró a la única tienda que llamaba mi atención más que las demás. Victoria’s Secret.

¡Joder, al fin!

Lencería femenina. Hm. Sonreí, y ella tiró de mi mano para que entráramos. Esto sería divertido.

Leah se paseó durante un rato mirando brasieres, y es que yo estaba jodidamente encantado. Ansiaba, que usara algo así para mí. Tomé una pequeña tanga de color rosa por el colgador y le sonreí.

—¿No te gustaría usar algo así para mí? —Pregunté coqueto. Ella rodó sus ojos, y sonrío mientras se sonrojaba. Tomó un brasier de color blanco, y se lo puso por encima de la ropa. Junto con el colgador.

—¿Qué tal me queda? —Murmuró mirándose a un espejo.

Tanto color rosa en este lugar me abrumaba. Y los precios. Maldición. ¿Para qué quería ropa interior tan cara? Solo yo la vería. Y no me importaba el precio, la prefería desnuda. Así que se lo dije.

—¿Por qué gastar tanto dinero en lencería? —Pregunté. Ella me miró como diciendo, ¿estás jugando? —Bueno, el único por el momento que te verá así seré yo. Y francamente, te prefiero sin ropa.

La atraje hacia mí por la cintura, y cuando iba a besarla se apartó.

—No se trata de ti. —Sonrío. —Debo sentirme cómoda conmigo misma.

—Aun así te prefiero sin ropa. —Dije sin rodeos.

—Agradezco tu sinceridad. —Dijo irónica.

Tomo ahora un brasier de color calipso, y se lo puso por encima tal y como lo hizo con el blanco.

—¿Qué tal este? —Preguntó de nuevo.

—Ese te queda genial preciosa. —Giré mi rostro con furia para ver al dueño de esa voz, y me encontré con un chico de nuestra edad mirando a mi novia como si fuera un trozo de carne.

—Eh, gracias. —Dijo ella, y volvió el brasier a su lugar.

Le di mi mirada más fría al chico, y tragó para irse rápidamente.

—Creo que no me compraré nada más hoy. —Suspiró ella. —Oye… y si no quieres ir a la cena puedes…

—Iré—La interrumpí. —No le caigo bien a tu padre, y no ir sería otro punto menos.

Ella sonrío y se acercó a mis labios. Cerré los ojos, y luego le tomé la mano para salir de la tienda. Nos fuimos a la moto, aún tenía que pasar por el auto para que el padre de Leah no quisiera matarme.

—¿A quién llevará Liam? —Pregunté recordando las palabras del padre de Leah.

—A Rose. —Respondió ella. Abrí mis ojos.

—¿Rose? ¿Tu amiga Rose? ¿A la que Marcus llama rata?

Ella soltó una risa, y asintió con su cabeza.

BANG. (Justin Bieber) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora