Capitulo sesenta y ocho.

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68.

Funeral.

 

Había sido un poco difícil explicarle a papá que el padre de Justin había muerto. De hecho, le había dicho que el ''tío'' de Justin había muerto en un accidente y que él estaba realmente afectado. Hoy era sábado, y luego de cuatro días donde aún investigaban la causa de muerte de Isaiah, por fin iba a ser su funeral.

Me miré al espejo. Estaba usando un vestido que me llegaba justo a las rodillas. Tacones negros, y un sombrero negro. Estaba maquillada ligeramente, y mi cabello estaba ondulado, como siempre. Justin se había puesto un traje y lucia algo incómodo.

—No puedo Leah. Ya no quiero ir.

—Justin...—Suspiré. —No puedes no ir luego de todo lo que ha pasado.

—Es exactamente por eso que no quiero ir. Maldición, es mi jodido padre el que llevarán en un puto ataúd.

Me resigné. Tal vez, si el no podía ir, podríamos pasar inadvertidos.

—¿Estás seguro? —Le pregunté. Él se paseaba de un lado a otro en frente de mi. Yo estaba sentada en el borde de su cama, y si no fuera porque hay una alfombra estoy segura de que, por tanto caminar Justin hubiera roto el piso y hubiera pasado al departamento de abajo.

—No. Joder, debo ir.

—Pareces una chica. —Le dije soltando una pequeña risa. El paró de caminar, y lo miré intentando contenerme.

—Eres la primera mujer que me dice algo como eso.

—Pues me alegro. —Contesté sonriendo. —¿Ya te decidiste? No le mentí a papá por nada.

—¿Le mentiste? —Él frunció el ceño.

—Pues si. No le iba a decir; ''hey papá, voy al funeral del padre de mi novio que por cierto no supimos que era su padre hasta que lo asesinaron. Nos vemos por la noche''. —Dije con tono estúpido. El se rió.

—¿Qué le dijiste?

—Que había muerto tu tío. —Murmuré estirando mis labios. Él se agachó y me plantó un pequeño beso.

—Iré. Siento que se lo debo. Hoy... hoy los policías me dieron su testamento... oficial. —Me dijo en un susurro.

—¿Y? —Pregunté curiosa.

—No quiero abrirlo. Hay muchas cosas que él dejó y aun no las leo. Necesito ayuda.

—Cuando te sientas listo estaré ahí contigo. ¿Bien? —Le dije acariciando su mandíbula. El aún estaba agachado a mi altura. Lo besé castamente de nuevo y el soltó un largo suspiro.

—El hermano de Isaiah irá al funeral. —Susurró.

—Dios, no me digas que él también quiere matarte.

—No. Pero... —Él se lamió los labios. Gesto que, hacia cuando estaba nervioso o me ocultaba algo. Ya lo conocía como la palma de mi mano.

—¿Qué es lo que no me estás diciendo Justin? —Fruncí el ceño.

—Es sobre... eh... negocios. —Él se tironeo el cuello de la camisa.

—Dime. Ahora.

—Antes solía ayudar a Isaac a hacer ciertas cosas. Hm, a veces aún lo hago. El me enseño todo lo que sé.

—Maldición. —Solté. —¿Isaac?, tienen nombres parecidos. —Susurré. El asintió. —¿Qué clase de cosas? Dime ahora, Justin.

—Cassandra trabaja con él ahora. —Susurró.

BANG. (Justin Bieber) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora