BANG. (Justin Bieber)

Capitulo cincuenta y seis.

                                                          56.

Café.

Llevaba casi tres horas mirando el techo de mi habitación. Pensando en todo. En como haría para irme a California sin sufrir. En que se relacionaban Dominic y Emily. Porque Emily desapareció fingiendo su muerte. Porque Dominic la estaba buscando.

Trataba de hallar la forma para conectar a ese par, pero simplemente nada calzaba. Por un segundo, pensé en que tal vez esos dos se habían unido para destruir a Justin, y de paso a mí.

Pero descarté esa idea, porque si fueran aliados Dominic no me hubiera preguntado en donde estaba Emily. Por mi parte, le había dicho la verdad. Bueno, no le había confirmado que estaba viva porque él ya lo sabía, pero demonios, solo me había encontrado con ella en Italia. No es como si supiera su próximo paradero.

Mi teléfono encendió una pequeña luz blanca, indicándome que tenía alguna notificación. Lo desbloquee. Un nuevo mensaje.

Número desconocido: ¿Podemos vernos? Mañana.

Entrecerré los ojos. ¿Qué mierda significaba esto?

Yo: Por supuesto que no. ¿Quién eres?

Número desconocido: Te conviene, Collins.

Yo: Dime quién eres y lo pensaré.

Número desconocido: Te daré una pista. Mi nombre comienza con E, y termina con Y. Eres inteligente, lo sé.

Yo: Te denunciaré por acoso. Aléjate de mí, Emily.

Número desconocido: Es solo para aclarar ciertas cosas. Estoy en Sydney. Te espero en el café que está justo en la esquina del centro comercial a las cuatro de la tarde.

No respondí, y tampoco esperé a que ella me mandara otro mensaje de texto antes de apagar mi teléfono.

A la mañana siguiente me levanté normalmente. Luego del almuerzo, subí a mi habitación para cambiarme de ropa, e ir a la junta con Emily. Le dije a papá que saldría con Kendall a tomar un café, y a charlar.

Mientras iba en taxi al lugar –porque tomar el auto me pareció estresante, no tendría donde estacionar– comencé a pensar en todo lo que debía hacer en caso de que nuestra charla saliera mal.

Bolso; Listo.

Dinero; Listo.

Gas pimienta; Listo.

Calzado para correr; No tan listo. Estaba usando tacones, como siempre, pero me las arreglaría.

No sabía que más me podía servir para salvarme de Emily. Iba un poco asustada. Estaba nerviosa, no podía parar de moverme, y mirar para todos lados. El taxista lo noto, y me miró por el espejo retrovisor.

—Señorita… ¿Se encuentra bien?

Subí mi mirada, joder.

—Oh, sí. Es que usted sabe. Me juntaré con un chico. —Sonreí. Dios, si supiera.

—Ah. —El rió. —Entiendo.

No hablamos más, y pronto me bajé justo en la esquina del café. Miré el reloj de mi muñeca, y suspiré. Las 16:05. Mi mirada se posó en las mesas, y entonces divisé a una chica que era igual a Mérida, de la pelicula valiente.