Capitulo cuarenta y cinco.

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                                               45.

¡HAY NUEVO TRAIRLER! 

El de antes, será sustuido por este, ya que es tal y como siempre me he imaginado toda la historia. Espero que les guste. Pueden encontrarlo en la multimedia de este capitulo. ¡Gracias por leer!

Carreras — Parte uno.

Justin’s POV.

Me miré por última vez en el espejo. Me pasé la mano por el cabello, y suspiré. Luego, me di una sonrisa a mí mismo. Me veía bien. Leah apareció por detrás y me abrazó por la cintura. Sonreí, y ella me besó la mejilla.

—Te ves guapo. Muy guapo.

—Tú te ves preciosa.

Me di vuelta, y coloqué mis manos en su cintura. La apreté contra mí, y sentí su cuerpo tensarse. Sonreí, y bajé una de mis manos para darle un suave apretón a ese encantador trasero que tenía. Su boca se acercó a mi oído, y soltó un gemido que me puso a mil. Sentí una presión en mi entrepierna. Joder.

—¿Qué te parece si no…? Dios, vamos a la cama.

La apreté contra mí. Pero ella negó con la cabeza sonriendo.

—Vamos a salir. —Bajó su mirada a mi creciente erección. —Debes hacer algo con eso.

Se sonrojó ligeramente, y se sentó en la cama mirándome. Me miré a mi mismo.

—Si te quitaras la ropa, haría algo con ‘’eso’’.

—Cállate. —Dijo riendo.

—Joder, que me tienes abstenido.

—No tienes sexo desde ayer por la mañana. —Me miró incrédula. —No me digas que vas a morir.

—Probablemente. —Me quejé. —Me he vuelto ninfómano.

—¿Te has vuelto? —Se burló.

—Bien, tú te lo pierdes. —me encogí de hombros sonriendo. Ella se levantó.

—Quiero que tengas mucho cuidado. —Acarició mi mandíbula, y sus ojos azules buscaron los míos.

—Sabes que no lo haría si no es porque lo necesitamos. —Suspiré, y la besé castamente. —Ya no me gusta esto.

Ella asintió, y me volvió a besar. Mierda, la verdad es que no quería correr. Ahora, después de superar mi pasión por la carreras, notaba que era poner mi vida en un riesgo inecesario. Pero nesecitabamos un auto más.

Minutos después, bajamos a recepción. La meta estaba cumplida. Había despistado a Isaiah, me había alejado de Dominic, y con los chicos ya habíamos lavado todo el dinero. Se podría decir, que mi vida estaba siendo perfecta, excepto, que necesitaba un auto mejor.

Nos encontrábamos en Roma.

Hoy nos habíamos enterado de que había una nueva carrera. Íbamos a ir para ganar algún auto, y más dinero.

El lugar, estaba como siempre solía ser. Ya iban a ser las dos de la mañana, y era Domingo. La carrera y el momento perfecto. Leah lucía algo incomoda, pero no decía nada. Los chicos y yo nos encontramos con algunos amigos de antes. Comenzaron las apuestas, el alcohol, y las tipas bailando casi desnudas. Adam, un viejo amigo me miró desde su auto, y me hizo una seña para que fuera. Tomé la mano de Leah y me acerqué.

—Pero que linda novia tienes. —Sonrío. —Soy Adam Lawrence. ¿Tu nombre preciosa?

—Leah. —Respondió ella tomando su mano.

—Un bello nombre para una bella chica.

—Cállate Adam. —Dije riendo. Él me estrecho la mano, y me abrazó. —Joder tío, cuanto tiempo. —Me dijo.

—Si, maldición. —Ambos reímos.

—¿Correrás hoy? ¿Has vuelto a esto?

Negué con mi cabeza.

—No. Solo de paso, necesito un auto.

—¿Y los trabajos que tal, eh?

—En estos momentos estoy bañado en dinero. —Le susurré. Él sonrío y me palmeo la espalda.

—Así se hace, Bieber. ¿Y dónde está el capullo de Applewhite?

—Por allá. —Apunté.

—Luego iré a saludarlo. Megan, ven aquí.

Una chica morena, de ojos pardos camino hasta él, y Adam la tomó por la cintura. Era bella. Pero no tanto como Leah. Usaba unos shorts cortos, que dejaban ver algo de su trasero. Un top negro, y converse negras. Su cabello era largo, y oscuro.

—Mi prometida. —Presentó.

JODER.

Sentí que los ojos se me salían de donde debían estar. Adam, mi viejo amigo estaba comprometido. Lo miré sin poder creerlo.

—¿Estás de coña? —Pregunté. Él negó sonriendo. Levantó la mano izquierda de la chica, y ella sonrío tímidamente.

—Él es Justin, un viejo amigo.

—Es un placer. —Dijo ella estrechándome la mano. —Y esta su novia, Leah.

La morena le estrechó la mano también a mi novia, y pronto entablaron una conversación sobre ropa, nosotros, y demás. Adam me ofreció un cigarrillo, y nos apoyamos en su auto para charlar.

Estaba de lo mejor, cuando Adam calló, y miró justo en frente de él. Lo miré, y seguí su dirección. El segundo cigarrillo de la noche, se me cayó al piso, y me quedé totalmente estupefacto.

No podía ser.

Sentí el pánico invadirme, e incluso, discretamente llevé mi mano a mi antebrazo para pellizcarme fuerte. Me dolió como el infierno, así que estaba seguro de que no dormía. Mi corazón, comenzó a dar mil latidos por minuto. Me sentía como un marica, al borde del ataque cardiaco. No podía dejar de mirar. Trague duramente, sin saber qué hacer.

—Es… es…—Adam Lawrence, por primera vez en su vida se quedaba sin palabras.

—Si. —Musité. —Es Emily.

Entonces, ella levantó su mirada, mis ojos se conectaron con los de ella y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Leah tenía razón. Emily estaba viva.

Estaba jodidamente viva, y mirándome.

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Fuck Off.

BANG. (Justin Bieber) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora