BANG. (Justin Bieber)

Capitulo treinta y nueve.

                                                           39.

Niñeros.

—¡Maldición! ¡Pequeño demonio, suelta eso!

Liam estaba cabreado.

Matt, Alex, y Hayley corrían por todas partes como locos. Y Alex, tenía su celular. Eran nuestros primos. Y los tres, tenían seis años. Mi padre, Mónica, y mis tíos habían ido a un casino por hoy y se quedarían en el hotel donde estaba.

Y nosotros, nos habíamos quedado con los estos tres demonios. Lo mejor, era que estaban los chicos aquí. Kendall le había prestado sus uñas a Hayley, y ahora se estaba sacando toda la pintura, -que por cierto era mia- de toda la mano. Si, Hayley no tenía muy buen pulso, sin contar que era una niña. Un bebé.

También estaba Justin, Damon, Marcus, y Adrián en mi sala jugando con un PS3 de Liam. Rose, y él estaban a punto de irse. Tendrían una cita y bueno, Liam trataba de recuperar su celular.

Audrey se burló de él, y no pude evitar sonreír. Alex pasó por mi lado, y lo tome.

—Hey, dame eso.

Le quité el celular de Liam, y se lo di a mi hermano con una sonrisa. Él y Rose se despidieron de todos, y tomaron el auto de Liam para irse. Suspiré. Los chicos siguieron corriendo, y me pidieron cereal. Así que Audrey y yo nos levantamos para serviles un poco.

—¡Quiero jugar! —Exclamó Matt mirando a los chicos.

—¡Hey Matt! —Dijo Damon con una sonrisa fingida en su rostro. —No.

Estallaron en risas, y Matt se colocó furioso.

—¡Dame eso! —Gritó. Damon le sonrío, y Matt apretó los puños. —No. —Dijo este de nuevo, burlandoce.

—¡Leah! —Gritó Matt. —¡El idiota de demonios no quiere darme el control!

Audrey y yo nos asomamos, y solté una risa. Me acerqué y lo tome en brazos. Justin me miró, y sonrío levemente.

 —Cariño, su nombre es Damon. Da-mon. —Le dije riendo. —Y no es mi novio. El rubio, es mi novio.

—¿El teñido? —Pregunto con ternura. Era lindo, pero podía ser horrible persona si se lo proponía.

—Si. —reí.

—Mi cabello es natural, pequeño. —Dijo Justin frunciendo el ceño.

—No. Mira, es más oscuro que el mío. Yo soy más guapo que tú. —Dijo frunciendo el ceño también.

—Déjenlo jugar, ¿sí? —murmuré cansada.

—Toma. —Justin le dio su control, y se levantó. Deje a Matt sentado allí, y los chicos comenzaron una nueva partida de un juego de peleas.

Audrey le dio cereal a Alex, y a Hayley. Quienes ahora estaban sentados en la mesa separándolos por color. Suspiré y fui a la cocina en busca de un vaso de agua. Justin me siguió, y me tomó por la cintura, acorralándome entre la encimera, y él. Bajó sus manos a mi trasero, y solté inconscientemente un gemido. Él suspiró, y bajó su mirada a mis labios. Creí que iba a besarme, pero no lo hizo. En cambio, besó y mordisqueo mi cuello.

—Quítate la ropa. —Suspiró. —Tenemos que hablar.

Solté una carcajada, y saque sus manos de mi trasero.

—Estás loco. —Suspiré.

—Por ti. —Sonrió. —¿No te imaginas… a nosotros dos, en una casa más linda que esta, con un montón de niños rubios corriendo por todas partes como lo hacen tus primos?