Capitulo cincuenta y siete.

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                                                57.

Accidente.

DIOS. ESTABA EN EL AGUA.

Estaba en al agua, y no me estaba ahogando. Joder, podía flotar. Luego de que, pasara los anteriores veinte minutos colgada del cuello de Justin para no ‘’ahogarme’’ me había decidido a quedarme quieta a su lado. Ahora, Justin estaba enseñándome a nadar.

Había momentos en que psicológicamente sentía que todo el aire se me iba de los pulmones, pero entonces él me besaba y todo volvía a estar bien. Alan tomó mi mano, y me ayudó a subir al yate. Ahora, Justin y yo íbamos a bajar. Justin aseguró mi equipo de buceo, y ato mi cabello en una coleta alta rápidamente. Se aseguró de que todo estaba bien, y luego Ashton le ayudó con el suyo.

Miré el intenso color del mar. Y suspiré. Bien, a la cuenta de tres.

Uno…

Dos…

Tres…

Nos lanzamos y entonces abrí mis ojos. Todo era fantástico. Los rayos del sol se perdían dentro de todo el mar. Las algas, y corales eran fantásticos. Justin se colocó en frente de mí, y comenzó a dar vueltas a mí alrededor. Tenía un poco de miedo, pero él estaba aquí y los chicos arriba en caso de cualquier cosa. Me concentraba en pasarle oxígeno a mi cuerpo correctamente, y no despegar mi vista de Justin.

Todo aquí abajo era simplemente maravilloso.

Minutos después, Justin y yo dinos un paseo en la moto de agua. Nos tomamos fotos con los chicos, y pasamos la tarde en el yate, tomando sol, y compartiendo con Alan y Ashton.

—Creo que ya deberíamos irnos. —Murmuró Justin en mi oído. Me había vestido hace un rato. Ya estaba casi oscuro, y comenzaba a correr bastante viento. Asentí y sonreí cuando el besó mi mejilla.

Llegamos al muelle, y los chicos fueron a otro yate durante unos segundos. Me quedé allí con Kendall y suspire mirando el agua. Dios, había estado ahí dentro y aun no podía superar eso.

—Se me quedó mi celular. —Ella tocó sus bolsillos. —Debe estar dentro. Vuelvo en un segundo.

Asentí, y con cuidado ella se pasó el yate para luego adentrarse en la cabina. Había una gran separación entre el muelle, y el yate. Así como cada yate estaba a metros de otro. Me abrace a mí misma. Estaba usando la sudadera que Justin había traído pero aun así tenía frio. Me senté, con las piernas cruzadas mirando al frente. Las luces del muelle hacían que todo se viera precioso.

—¿Leah puedes venir? —Gritó Kendall desde la cabina. Suspiré y me levanté. Y cuando me estaba estabilizando, la punta de mi tacón de aguja se enganchó en una zanja del muelle. Mi pie se dobló, y entonces, me fui hacia delante. Tomé un poco de aire antes de caer. Dios, esto, verdaderamente era mi fin.

Abrí los ojos, y luché por respirar. No podía, me ahogaba, sentía que moría, y era como si toda el agua me aprisionara de alguna forma. Intenté subir, tal y como Justin me había enseñado. Pero algo jalaba de mi pie. Comencé a desesperarme. Podía ver como la luz de os faroles iluminaban el agua. Me causaba escalofríos la oscuridad. Miré mi pie, y trate de no tragar más agua, pero no podía. Simplemente, entraba a mi interior sola. Mi pie izquierdo estaba enganchado en una pequeña malla, que colgaba amarrada de las tablas del muelle. Mi mano derecha la llevé a mi cuello. Mis ojos comenzaron a cerrarse. No podía más. Mi cabeza iba a explotar. Intente zafarme, pero la desesperación aun me controlaba. Entonces, lo poco que veía comenzó a tonarse a volverse borroso. Cerré mis ojos, mientras me dejaba estar.

BANG. (Justin Bieber) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora