BANG. (Justin Bieber)

Capitulo veintisiete.

                                                  27.

Pasado.

Justin paro el Jeep fuera del supermercado. Después del impecable clima de ayer, hoy había amanecido nublado, y ahora, de noche, llovía torrencialmente. No podía creerlo, llovía en medio del verano.

Él se puso la capucha de su chaqueta negra, y corrió a las escaleras del subterráneo. A pesar de estar bajo techo, corría mucho viento. Por mi parte, decidí quedarme en el auto. Encendí mi celular, y revise los mensajes. Tenía algunos de Rose, una llamada perdida de Marcus, y un mensaje de suerte por parte de Kendall.

Me llegó una notificación de una nueva actualización del blog de Agnes. Incluso los fines de semana, la tipa espiaba a todo el mundo.

Su última noticia trataba sobre un chico de primer año que había insultado a uno de los jugadores del equipo de futbol, y estos les habían dado su merecido. Bajé un poco, y vi que decía algo sobre Krista.

‘’Los de último año, ¡no paran!

Leah Collins ha revolucionado a todo nuestro último curso. ¡Vaya que esa chica lo ha cambiado todo! Primero, le quita al chico más guapo del instituto a Krista Anderson. Y oh, ella no le tiene miedo a nadie. Es completamente imparable. Luego Justin Bieber, ex de Krista, y él chico más mujeriego del instituto este de novio con ella. ¡Demonios!

También por supuesto, ha tenido algunas diferencias con Krista. Y esta última, está decidida a devolverle los golpes por quitarle al novio, la acompañante, y la popularidad.

Leah, prepárate’’.

 

Mierda.

¿Cuál era la idea de andar pendiente de la vida de los demás? Esa chica debería conseguirse una. Honestamente. Rodé los ojos, y cerré todo lo que tenía en el teléfono, y cuando me aburrí de mirar por la ventana, miré la guantera de Justin.

¿Qué guardaría allí?

La abrí, y comencé a husmear.

No tenía nada fuera de lo normal. CD’s de música, lentes de sol, y entonces la vi. Un nudo se posó en mi garganta, y en mi estómago. Justin, tenía un arma en su guantera.

Una pistola. Era de color negro. Con las manos temblorosas la tomé, y la revise. Por lo menos no estaba cargada.

No es como si supiera por algún otro motivo como era cuando una pistola estaba cargada. Solo lo que había visto en algunas películas. Me quedé mirando a la nada.

Justin, era el peligro andante.

Suspiré, y miré a la nada. Mi novio, tenía una pistola. Era la novia de un chico que tenía una pistola. Salía con un chico, que tenía una pistola. ¡Justin tenía una pistola!

Dios, pensaba lo mismo cada segundo, con diferentes palabras.

Justin tenía un arma.

Sentí que en cualquier momento me desmayaría, pero no podía ser tan estúpida como para que eso me pasara. ¿Iba a matarme? Deseche esa idea, aunque podría seguir tomándola como una suposición. Aunque, si el quisiera matarme, lo podría haber hecho desde hace mucho.

Más al fondo había otro.

Oh Dios.

Cuando lo vi aparecer por las escaleras, guardé todo rápidamente, y lo metí tal y como estaba antes. Él avanzaba rápido, con cuatro bolsas en sus manos. Sus pasos eran seguros, e intimidantes. Sus labios se presionaban en una fina línea.