Capitulo treinta y cuatro.

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                                                                          34.

No esta noche.

Justin’s POV.

Era apenas las diez. Y ya había comenzado a tomar. Luego, de la resaca que había tenido esta mañana, probablemente habría jurado no tomar nunca más en mi vida.

Pero aquí estaba de nuevo.

Con un vaso de cerveza en mi mano, abrazando a una tía por la cintura, y pensando en Leah. Nos besamos un rato, y le tiré indirectas de que quería acostarme con ella. Ya lo había hecho una vez, estaba seguro. Era Jessica, del equipo de porristas.

—Podemos ir a mi casa…—Murmuró cerca de mi rostro. Damon le tiró el vestido, y la corrió hacia un lado.

—¿Es enserio Justin? —Dirigí mi mirada hacia él despectivamente. —¿Te follaras a mil tías para olvidar a la única que te folló el corazón? Me decepcionas.

Soló trague saliva. Y él se dio media vuelta para irse enojado. Primero comencé a pensar en sí, Damon se había acostado alguna vez con ella y por eso estaba enojado, pero no era así. Jessica, no era el tipo de Damon. Para salir de las dudas, se lo pregunté a ella mientras la traía hacia mí nuevamente por la cintura. Pero ella negó.

—¿Sabes? El truco es convertir miradas en besos. —Murmuré. Ella me miraba intensamente mientras se mordisqueaba el labio inferior. Subí una de mis manos a su pecho, y lo apreté mientras juntaba mis labios con los suyos.

Acaricié su mejilla. Enredé un mechón rubio de ella en mi dedo, y suspiré. Era tan hermosa. Sus ojos azules me miraron con desesperación. Y sonreí, para acercarme de nuevo, y unir nuestras lenguas.

 

—Leah…—Suspiré.

—¡¿Qué?! —Exclamó la morena enojada. Jessica se alejó, y me miró furiosa, colocándose ambas manos en la cintura.

Entonces comprendí que había sucedido. En mi mente, estaba con Leah. Pero en realidad, estaba besando a la zorra de Jessica. Luego caí en cuenta, de que Damon se había ido, y debía arreglar todo con él. Simplemente, no podía dejar que estuviera enojado conmigo. Joder. Era mi mejor amigo.

—Debo irme.

—¡¿Si quieras sabes mi nombre?! —Me gritó.

—Jessica.

Entonces la abandoné. Dios, debía sacarme a la rubia de mi cabeza. Mi muñeca… Sonreí. Recordando la primera vez que la llamé así. Caminé entre la gente buscando a Damon, o a Adrián. Y tal vez a Audrey.

Divisé a Damon en la barra. Estaba bebiendo un vaso de Whisky. Me acerqué a él, y me senté a su lado sin decir nada. Segundos después, hablé.

—Tienes razón. Iba a follarla. El problema, es que no serviría para sacar a Leah de mi mente de todos modos.

—Ella vendrá hoy. —Dijo mirando su vaso. Me congelé.

—¿Cómo lo sabes?

—Kendall me lo ha dicho. —Suspiró resignado. —No montes una escena.

—Debo conseguirme a una tía para que me vea.

—Bastardo. —Susurró.

—Te he oído. —Sonreí. Y él hizo lo mismo negando con la cabeza.

BANG. (Justin Bieber) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora