Cuando Harry decidió dejar su trabajo, no dudé en acompañarlo en su decisión. Él decía que este nos permitiría vivir mejor, a la vez que podríamos darnos el lujo de ahorrar para la universidad del bebé que algún día vendría en camino.
-Es una hermosa ropa-. Le dije viendo cómo se acomodaba el cuello de su chaqueta con tonalidades verdes y amarillos de la marca Gucci.- Creo que de ahora en adelante, solo usarás Gucci-. Riendo por mi comentario, me levanté de la cama, desde donde lo miraba, y acercándome, lo besé. Me era imposible no ser cariñosa con él, cuando lo amaba tanto.
-Debo irme, Anna-. Me dijo, ni bien lo dejé respirar un poco, para tomar su celular y despedirse rápidamente, en tanto yo me quedaba en casa, recuperándome de una gripe que ya estaba desapareciendo.
Así, todo marchó normalmente durante un tiempo, hasta que comencé a enterarme de sus nuevos proyectos por boca de otras personas, lo que me hería un montón al sentir que no era parte de su vida.
-¿Ya viste la foto del nuevo modelo de Gucci? Está para comérselo-. Escuché decir a una de mis colegas, en tanto yo trataba de procesar que Harry semanalmente salía en las mejores revistas y yo era la última en enterarme de ello. ¿Acaso no era lo suficientemente importante en su vida para contarme sobre ello? Antes de ser su esposa, era su amiga y no podía evitar sentirme desolada.
Haciendo el máximo esfuerzo para que eso no me nublara la mente, llegué a casa y me animé preparando algo para comer cuando llegase. Sin embargo, a mitad de la preparación las náuseas hicieron que terminara dejando todo. Todavía seguía luchando con los efectos secundarios de los fuertes medicamentos que había tomado pensé. Escuchando que él abría la puerta de entrada, traté de darle un poco de color a mis mejillas al pellizcarlas con mis dedos y salí a recibirlo. Mi rostro se iluminó con tan solo verlo allí, tan guapo, frente a mis ojos.
- Amor, ¡llegaste!-. Acercándome, lo besé y me envolví rápidamente
con uno de sus brazos, mientras él contestaba algo en el celular. Intentando pasar por alto eso, me acurruqué en su pecho y me embriagué con su loción corporal, que aunque no fuera el que le regalé para su cumpleaños N° 27 le sentaba muy bien.
-Tendré que irme de nuevo, Anna. Mi jefe se reunirá con algunas modelos y me pidió que esté presente para hacer anotaciones de la charla-. Queriendo decirle que ya sabía sobre su nuevo rol como "modelo", él salió de la casa en cuestión de segundos, dejándome con las palabras en la boca y con un almuerzo a medio terminar, que solo comió una sola persona, cuando debían haber sido dos. Y si solo ese hubiera sido el único episodio, jamás habría pensado que algo se había quebrado entre nosotros, pero cuando dejó de llegar para comer, cuando dejó de preguntarme sobre mi día y dejó de compartir tiempo conmigo para dormir o estar con sus amigos, supe que nada sería como antes. Y pese a que me resistí a creerlo, lo peor todavía no llegaba.
Pocos días después, cuando salí temprano del trabajo, decidí ir por Harry al suyo y darle una sorpresa. Bajando de mi auto, y acomodando mi ropa, que tal vez no era la más adecuada para ir a una empresa de moda, no me detuve hasta llegar a la recepción. Allí, una chica bien arreglada de cabeza a pies me atendió y me preguntó a quién buscaba y si tenía alguna cita reservada.
- Solo vine a buscar a mi esposo. Ya es su hora de su salida y quería darle una sorpresa-. Comenté, mientras sentía un cúmulo de sensaciones raras en mi estómago.
-No sé a quién se refiere, señora pero el único modelo que trabaja por el momento con el diseñador Lambert está soltero. Él lo dijo cuando se presentó a trabajar-. Sin poder creer en sus palabras, le pregunté el nombre de dicho modelo. Quizás se estaba confundiendo.- Harry Styles, señora. Así se llama-. Asintiendo, con el corazón hecho pedazos, le di las gracias y me retiré. Solo recién en el auto me permití un par de lágrimas y sin esperar mucho, salí del estacionamiento para dirigirme hacia casa, pero lo que menos hice fue llegar a ella.
Una hora después, con un fulminante dolor de cabeza, me encontré rodeada de un doctor y un par de enfermeras. Cuando comprendí que había chocado contra un árbol al perder el control del vehículo fuera de la ciudad, lloré. Podía haber muerto y Harry no estaba ahí.
Ni bien entendí que pasaría una noche en observación llamé a Harry. Aunque no quería hablar con él, tenía derecho a saber lo sucedido, pero el buzón de voz fue lo único que recibí de contestación. Harry tenía el celular apagado para su esposa.
Finalmente, cuando las horas pasaron, y todo parecía marchar bien, el doctor me hizo un último chequeo- Todo está bien, señora Styles. En cuanto venga la enfermera, puede retirarse. No se olvide de tomar el medicamento para el dolor y nada de ejercicios bruscos por una semana-. Firmando mi alta, le agradecí y se retiró.
Poco tiempo después, con el cuerpo adolorido, llegué a casa y Harry no estaba allí. ¿Por qué debería estarlo? Volviéndolo a llamar, nuevamente me dio buzón. Sintiéndome aun más desgraciada, fui a nuestra habitación, tomé los medicamentos y me acosté, en tanto pensaba en cómo solucionar este problema. Para cuando mis ojos pesaron, ya había tomado una decisión.
Por la noche, cuando logré despertar de un largo sueño, tomé una ducha y me dirigí al living. Allí, con un té caliente, me puse a mirar las últimas noticias de mi marido. Era ahora de hablar cara a cara y debía tener todas las pruebas a mano.
Media hora después, él llegó a casa y con todo el dolor cubriendo mi corazón, aguardé.
-¿Todavía sigues despierta, Anna? Ya es tarde-. Sacándose su saco de vestir, se tumbó en uno de los sillones y quedó en silencio.- Hoy fue un día muy atareado. Anduve de aquí para allá con el jefe y ni siquiera tuvimos tiempo de comer algo decente-. Asintiendo con la cabeza, busqué la última noticia que había leído sobre él.- ¿Qué lees? Parece ser más interesante que mi día-. Sintiendo un claro regaño a través de sus palabras, acomodé mis anteojos y le dije: "estoy leyendo justamente sobre tu día. Perdóname que no quiera escuchar de nuevo lo mismo".
Esperando su contraataque, apagué el artefacto y elegí una pose más cómoda en el sillón, mientras le daba oportunidad de hablar.
-Te lo iba a decir, Anna. Es lo único que quiero que entiendas ahora, por encima de tu enojo-. Dijo, tomando una expresión más seria en su rostro.
-No estoy enojada, Harry. Más bien, estoy decepcionada de tu forma de actuar. Pensé que éramos amigos y pareja pero parece ser que hasta eso has ocultado a los demás-. Sintiendo que mis ojos se cargaban de lágrimas, aguanté. La charla recién empezaba.
-Justamente lo hice para evitar esto, Anna. Costó mucho conseguir el trabajo para echarlo a perder tan rápidamente-. Levantándose del sillón, comenzó a caminar de un lado para otro.- Todo esto lo estoy haciendo para ambos. En cuestión de meses tendremos tanto dinero que no necesitarás trabajar y podremos tener el hijo que tanto deseamos-. Negando con la cabeza, cerré los ojos por un momento y contuve el dolor que sentía en mi pecho. Lo amaba un montón pero él estaba equivocado en su forma de pensar, y debía aclarárselo.
-Esto no lo estás haciendo por nosotros, Harry. Lo estás haciendo por ti mismo y está bien. Es tu momento de mayor éxito y... no necesitás que una esposa y un hijo que todavía no se creó te lo dañen-.
-Yo nunca dije eso, Anna. Por favor, créeme-. Agregó, con fuerte determinación.
-Pero algún día lo dirás, y no soy tan masoquista para querer vivir ese momento-. Levantándome del sillón, con mis piernas temblorosas, dije lo último que debía decir en ese momento en el cual nuestro matrimonio estaba disolviéndose.- A partir de mañana, buscaré un nuevo hogar y empezaré con los trámites del divorcio. Hay que terminar con esto antes de que nos hagamos más daño-. Saliendo de ahí, con toda la dignidad posible, fui directamente a la habitación para dejarme caer en pedazos. Pero poco tiempo tuve para ahogarme en mi propio dolor, cuando Harry entró en el mismo espacio y comenzó a llorar, postrado a mis pies.
-Por favor, no te vayas. Ahora, puedo comprarte todo lo que quieras. Podemos tener una vida mejor-. Volvió a repetir, mientras lloraba, a la par mía.
- Nunca quise dinero, Harry. Solo tu amor, y creo que es evidente que ya no me lo puedes dar-. Levantándome, por más que hubiera deseado permanecer allí, a su lado, por el resto de mis días, me alisté, como todos los días, para dormir, aunque seguramente no lo haría por un par de días.
Fue así que se dio inicio a una de las etapas más dolorosas de mi vida y tuvieron que pasar varios meses para que finalmente pudiera sanar, y ver cómo mi exesposo triunfaba como modelo en la cuidad del amor. Por mi parte, había terminado mi licenciatura y actualmente, me encontraba dando clases en una de las mejores universidades. Había reconstruido mi vida sin Harry pero mentiría si no dijera que mi corazón seguía latiendo por él. ¿Cómo podía saber eso? Bueno. Ahora mismo, sentía un gran cosquilleo en mi estómago al ver la foto que Harry me había enviado, junto a una hermosa tarjeta de felicitaciones por mi nuevo trabajo y un gran ramo de rosas. Y quizás, él no estaba lejos de sentir lo mismo, me dije, cuando lo vi llegar a casa, pocos minutos después, luego de su viaje a París.Holaaaa. ¿Todo bien? Déjenme decirles primero que nada que las extrañé. Lamento escribir tan lento pero estaba preparando esta gran sorpresa. Como dije en la publicación anterior, quería dedicarme a escribir otros tipos de one shot. Y bueno, este es un ejemplo de lo que podría escribir más adelante. Déjenme saber qué les parece. Todo sea para mejorar.
Matt.
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One Shots H. S. (+18)
FanfictionHarry , Anna y Niall, una pareja nada convencional, una pareja de tres.