One Shots H. S. (+18)

47.

Niall

Aunque habíamos decidido no irnos de vacaciones por las respectivas responsabilidades que teníamos, finalmente tomamos un avión hacia Jamaica. Allesandro nos había cedido su casa de verano para pasar allí unos días, pero debíamos esperar un poco para que estuviera totalmente acondicionada para los cuatro. Mientras tanto, nos alojaríamos en un hotel cercano y esperaríamos su llamada, para movernos y pasar en medio de aquel paraíso nuestra luna de miel.

Lo que no esperaba es que esa estadía pasajera se convirtiera un verdadero infierno cuando veía cómo todos los hombres posaban descaradamente los ojos en mi esposa, quien se veía más radiante debido al embarazo. No podía evitar que aparecieran mis celos, no podía, y menos, a los pocos días de estar casado con ella.

- Debés calmarte, Niall. Prácticamente estás espantando a cada hombre que se acerca a Anna con tu mirada fulminante-. Acomodándose sus anteojos de sol, tomó un sorbo de su cóctel y se acomodó en su reposera, como si nada malo estuviera pasando.

- ¿¡Cómo quiere que me calmes, Hazz!? ¡Se la están comiendo con la mirada!-. Remarqué, sintiendo cómo mi cuerpo se iba tensando cada vez más a medida que hablaba del tema. Escuchando que murmuraba algo, le iba a decir que lo dijera en voz alta, pero cuando posé mis ojos en Anna y vi que uno de ellos se había tomado el atrevimiento de acercarse donde ella se encontraba tomando sol, exploté. Levantándome de mi asiento, fui directamente hacia ellos, en tanto Harry se repetía mentalmente "notavo".

Anna

- Entonces, ¿quieres que te ayude con el protector solar?-. Escuché decir detenidamente al hombre que en ese momento estaba intentando conquistarme, pese a que no tenía ningún cartel luminoso pegado en mi frente que decía "estoy disponible", solo por el hecho de estar en bikini y sin compañía.

- Creo que no será necesario. Para eso tengo mis propias manos, y aunque si necesitara otras, tengo a mi marido. No es así, ¿cielo?-. Agregué, antes de que Niall reventara de coraje y no me dejara ponerlo en su lugar.

- Perdona la demora, cariño. Me quedé comentándole a Harry sobre nuestra luna de miel y los planes que tenemos para estos días-. Cruzando sus piernas por encima de la reposera, tomó asiento detrás de mi cuerpo y empezando a pasar el protector por mi espalda, finalmente lo miró.- No me comentaste que habías conocido a alguien nuevo, amor-. Sonriéndole falsamente, esperó que él dijera algo, pero con su rostro a punto de estallar por la vergüenza que ahora sentía, se disculpó, y en un cerrar y abrir de ojos se alejó de nosotros. - Parece que no le agradé-. Dijo, con cierta tensión que todavía seguía en su cuerpo y que no desparecería, pese a que había visto que podía arreglármelas sola y poner en su lugar a cada hombre que intentara faltarme el respeto principalmente como mujer.

- Niall... -. Recostándome sobre su pecho, tomé sus manos y las posé en mi barriga, que poco a poco iba tomando forma.- Estamos enamorados, compartiendo nuestra vida con Harry y esperando un nuevo hijo, ¿acaso eso no demuestra el amor y la confianza que te tengo?-. Viendo cómo cambiaba su semblante, supe que entendió mi punto.

- Sé que tienes razón, cariño, y aunque me cueste horrores, me comprometo a cambiar mi comportamiento-. Sonriéndole, no tardé en besarlo y en dejar que me abrazara en tanto veía cómo Harry se acercaba con un Ed recién despierto hacia nosotros. Después de todo, había sido útil el servicio de guardería que habíamos pagado durante ese día en el hotel.

- ¿Ya solucionaron sus problemas, tortolitos?-. Nos preguntó, acomodándose en la reposera contigua, debajo de la sombra, y poniendo a Ed en medio de sus piernas, para que jugara con los juguetes que traía en sus manos y que no soltaba ni por un segundo.- Parece que otro pretendiente huyó despavoridamente por lo que pude ver-. Intentando picar un poco el buen humor de Niall, no esperé que este último utilizara cierta información que le había contado días atrás, como si se tratara de una carta oculta bajo la manga, para ganarle a Harry.