2.

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Estar sentada sobre aquella incómoda silla no era la peor cosa que me podía pasar ese día, sin duda. También, estaba desnuda y me era imposible ocultar mi grado de excitación a medida que pasaban los minutos. ¿Qué era lo que tenía en mente Harry con este juego?
No pasó mucho tiempo para que me diera una respuesta concreta, ya que ni bien entró a la habitación, seguidamente, siguió Niall, quien no perdió oportunidad de recorrerme de pies a cabeza. Cruzándome de piernas, las apreté para retener mi líbido. Podría venirme en cualquier momento si volvía a mirarme de esa manera.
-Amor, espero que no te moleste que Niall se nos una hoy-. Negando rápidamente con la cabeza, traté de mantenerme tranquila y regalarles una sonrisa. Pero cuando Niall tomó otra silla y la utilizó para apoyarse en ella y mirarme, supe que las cosas iban a tornarse demasiado calientes.
-Me comentó Harry que no tienen problema de compartir-. Dándole la razón, este quedó un momento en silencio.- Harry, ven-. Sin entender por qué lo necesitaba, me sorprendí al ver cómo tiraba de su camisa para luego comerle la boca. Jadeando, me removí en mi asiento, buscando aquietar mi propia calentura. No solo tenía a dos hombres en la habitación sino que también eran extremadamente guapos. Y lo más importante de todo, querían, como yo, tener sexo.
- Ahora que tengo la confirmación de ambos, creo que es momento de que me den mi regalo de bienvenida-. Acomodándose mejor en la silla, no tardó en bajar su pantalón y dejar al descubierto su prominente polla, la cual no tenía nada que envidiarle a mi marido.- Harry, arrodíllate. Chuparás mi polla hasta que tu mujer tenga su primer orgasmo para mí-. Sin moverme un centímetro, me deleité al ver cómo Harry acariciaba su pene y luego, lo besaba y envolvía con sus labios. Nunca pensé que ver a mi marido chupando una polla me excitaría tanto.- Lo hacés muy bien, bebé. Sigue así-. Gimió, concentrándose por un momento en las sensaciones placenteras que recorrían su cuerpo.- Ahora, Anna, quiero que abras tus preciosas piernas y me muestres tu coño, ese coño que pronto follaré hasta el cansancio y llenaré con mi semen una y otra vez-. Sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda, hice lo que me pidió y corriendo con mis dedos temblorosos mis labios vaginales, le mostró mi húmedo y palpitante centro.- Te ves preciosa, amor.- Halagó, antes de gemir por el buen trabajo que estaba haciendo Harry con su garganta.- Ahora, necesito que te toques, cariño. He estado noches enteras imaginando cómo sería. No me lo niegues ahora, por favor-. Sorprendiéndome de su confesión, le regalé un tímida sonrisa antes de concentrarme en mi placer y en darle un jodido y caliente espectáculo.
Adentrando dos de mis dedos en mi centro, suspiré y tiré mi cabeza hacia atrás, antes de llevar mi otra mano hacia mis pezones y pellizcarlos un par de veces. Mi cuerpo poco a poco iba siendo receptivo a mis caricias, pero sabía que faltaba algo más para que mi orgasmo explotara en mi propio cuerpo. Volviéndolo a mirar, seguí masturbándome un poco más, para luego abrir uno de los cajones que tenía en el armario y sacar el dildo que me regaló mi marido. Recién ahí entendí por qué Harry había decidido colocarme en ese extremo.- ¿Qué es eso amor? ¿Lo vas a utilizar en tu bonito coño?-. Asintiendo, lo posicioné en la silla y centímetro a centímetro me fui hundiendo en él, bajo su atenta mirada.- Eres tan receptiva, querida. Veremos si dentro de unos días lo eres también con mi polla-. Gruñendo, agarró con una de sus manos el cabello de Harry y comenzó a embestir su boca duramente. Seguramente, Harry conocería lo que era el dolor de mandíbula prontamente.- Estoy tan cerca, Hazz. Solo un poco más y me correré-. Deseando hacerlo a la par, comencé a saltar repetidas veces sobre el dildo, como si se me fuera la vida en ello, y cuando menos lo esperé, todo el placer contenido explotó en mi cara, y entre aquel espiral de deseo, pude vislumbrar gratamente cómo Niall se corría estrepitosamente en la garganta de Harry, para luego manchar con los últimos chorros sus labios hinchados.-Perfecto, totalmente perfecto, señor y señora Styles-. Dijo, antes quitarse la demás ropa y quedar finalmente desnudo frente a nuestros ojos.- Ahora, soy absolutamente suyo-. Sin esperar mucho, Harry, que parecía estar recuperado, se levantó y con una simple mirada, lo hizo postrarse a sus pies, en tanto él se tomaba con parsinomia la tarea de desvestirse enfrente de nuestros ojos hambrientos. Una vez lo hizo, su pene hinchado, rojo y a punto de explotar quedo a la vista, y haciendo el intento de levantarme, él, con una seña, me dijo que no.- Quédate donde estás. Vos necesitás urgentemente un poco de limpieza y yo, alguien con quien desquitarme. Y ya tengo el candidato perfecto, amor-. Acercándose a Niall, tomó una diminuta correa que tenía en su cuello, la cual no había visto con anterioridad, y lo acercó hasta donde me encontraba.- Querido Niall, es hora de demostrar tus habilidades con la lengua y manos, mientras yo te mostraré las mías, con mi polla-. Entendiendo a qué se refería, me sentí nuevamente prepara para un nuevo orgasmo o varios, pensé, cuando la mirada oscura de Niall recayó sobre mi coño, que todavía tenía el dildo, y el cual ya comenzaba a apretar con mis propias paredes.- Acércate, cielo. Todavía no muerdo-. Dijo, antes de sentir la mano de mi marido en su trasero dejando un golpe, en forma de advertencia. Moviéndome un poco más sobre el borde de la silla, extendí mis piernas y le mostré el caos que tenía allí. Restos de mis fluidos y de los de Harry se mezclaban ahora con la de mi nueva excitación y cuando menos lo esperé, la lengua de Niall comenzó a barrer y a chupar con esmero todo lo que le daba. La sensación de placer que me dio fue tan superior que dejé que me hiciera lo que quisiera en ese momento. Y aprovechándose de eso, tomó un poco de mi propia humedad y lo esparció en mi ano, y poco después, con dos de sus dedos en él y su lengua sobre mi clítoris, me sentí completamente en el cielo.- Sigue así, cariño. Se siente tan bien-. Logré decir, ni bien comenzó a mover también el dildo en mi interior, lo cual potenció todas las sensaciones al 100%. Y en medio de ese delirio, me dije que tomé una excelente decisión a la hora de elegirlo como otro compañero más en lo sexual.
-Veo que estás haciendo un excelente trabajo con mi mujer, Niall. Veremos si también lo hacés con tu cuerpo-. Prestando atención a sus palabras, observé cómo la mandíbula de Harry se tensionó cuando penetró por primera vez a Niall. Solo esa acción bastó para que tuviera mi segundo orgasmo, el cual mi nuevo hombre bebió ávidamente.- Sigue chupando, Niall, quiero que tu boca se entumezca de darle tanto placer a Anna-. Tomando su cabello, aprovechó a darle unas fuertes embestidas, mientras lo obligaba a mantener su boca sobre mi coño. Poco después, Harry me dijo que me levantara y dejara el dildo, lleno de mis fluidos, a disposición de Niall, que no tardó en chuparlos.- Mira bien esa polla, cariño, porque es la misma que ahora te está llenando hasta el último centímetro y que pronto descargará en tu interior mucho más de lo que vos me hiciste tragar-. Sujetando nuevamente su cabello, dio unas arremetidas más y mientras Niall salpicaba el suelo con su semen, Harry le dijo: recuerda muy bien quienes mandan desde ahora en esta habitación. Y con eso, golpeó un par de veces más su perineo con sus testículos y lo colmó de su esperma caliente y grumoso. Verlos así, entregados, y con la prueba de su excitación bajando por sus muslos, supe que debía tener prontamente el pene de Niall, o mejor aún, el de los dos. Ya no había vuelta atrás. Ahora, éramos tres en la habitación.

One Shots H. S. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora