52.

1.2K 29 15
                                    

Anna

Era sabido que cuando perdía algo y no lo podía encontrar, realizaba una limpieza profunda hasta dar con el objeto. Pero nunca pensé que limpiar me serviría para pensar. No era para menos. La ex de mi esposo era mi profesora de yoga y me había dado señales muy claras de enemistad. ¿Qué podía hacer frente a ello? ¿Confrontarlo o simplemente alejarme de ese lugar tal como me había pedido desesperadamente Harry? ¿No sería cobarde de mi parte?

- Amor, ya llevás limpiando tres veces la mesada de la cocina. ¿Estás bien?-. Me preguntó Niall. Dejando a un costado los productos de limpieza, negué con la cabeza. ¡Estaba a punto de explotar de tantos pensamientos y sentimientos contradictorios!

- No sé qué hacer Niall-. Confesé, abrazándolo y dejándome calmar por su calor corporal.- Por un lado, quiero ir y confrontarla, para decirle que no es nadie para meterse en nuestras vidas, y por otro, entiendo que no puedo utilizar lo que sucedió en el pasado, lo que sucedió con Harry, a mi beneficio. Sería muy bajo. Después de todo, fue un problema que los concierne a ellos dos-. Dejando que él tomara mi rostro y lo acariciara suavemente con sus dedos, sonreí cuando sentí sus labios besar mi frente, la punta de mi nariz y finalmente, mis labios.

- Tranquila, amor. Sé que actuarás bien. Confío plenamente en que jamás le harías daño intencionalmente, aunque... entre nosotros dos, ella se merece un poco de su propia medicina-. Golpeándole el brazo, reí frente a su confesión. Amaba que aun en los momentos más tristes él pudiera sacarme una sonrisa.

- Gracias, cariño. Iré a cambiarme-. Dije, para darle un par de besos cortos e ir a nuestra habitación para cambiarme y prepararme mentalmente para nuestro próximo encuentro con Jennifer, la ex mujer de Harry.

Niall

Aprovechando que Anna se fue a cambiar, llamé a Harry, que seguía preocupado por nuestro contacto con Jennifer. Era evidente que seguía desconfiando de ella y que se tornaba bastante incómodo para él que nos relacionáramos con ella cuando éramos las dos personas con las cuales estaba saliendo y manteniendo una relación actualmente.

- Amor, todo estará bien. Confía en nosotros, ¿sí?-. Escuchando que resoplaba pesadamente, supe que no podría calmarlo pero sí darle la seguridad de que lo amábamos y que estaríamos bien.- Te amo mucho y sé que Anna también lo hace. Ten un bonito día y ve a patear el trasero de los demás diseñadores con Allesandro en las pasarelas-. Recordando que tenía un pequeño show privado, le deseé lo mejor y prometí que lo esperaríamos con ansias para festejar su éxito.- Te amo mucho, Harry-. Dije finalmente para cortar la llamada, y prestar atención a mi mujer, que venía bajando las escaleras con Ed en brazos.

- Parece que la profesora Jenny tendrá un alumno más hoy y será ni más ni menos que el hijo de su ex marido y de sus parejas actuales-. Murmuró, haciendo que riera por lo cómico de la situación. No desearía eso como castigo para nadie, ni siquiera para los que estaban en el quinto círculo del infierno.- Sé que no es prudente pero no podemos dejarlo solo-. Asintiendo, tomé el bolso donde teníamos todo lo necesario para atender a mi hijo y fuimos hasta el auto, no sin antes mirar que todo estuviera bien en nuestra casa. Pasaron varios de viaje para finalmente llegar al lugar, y viendo que las compañeras de Anna ya estaban esperando, la ayudé a bajar, para luego buscar un lugar donde aparcar. Tomando las cosas de Ed, lo saqué de su asiento y caminé, junto a él hacia la entrada del instituto de yoga.

- No sabía que tenías un hijo-. Escuchando la voz de Jennifer, giré mi rostro hacia mi costado izquierdo para encontrarme con ella, la persona que hacía poner los pelos de punta a mi esposa y a mi otra pareja, y para qué mentir, a mí también. Intentando sonreír, busqué apurar mis pasos solapadamente. No quería pasar más segundos de lo debido a su lado.

One Shots H. S. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora