9.

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-¿Por qué me vendan los ojos, Harry?-. Dije, sintiéndome un poco ansiosa por el nuevo juego.

-No te preocupes, cariño-. Contestó, Harry, antes de tomar mis manos y atarlas con una corbata que luego estaría sujetada del respaldo de la cama.-Recuerda que así como me permitiste atarte, también puedes parar el juego si no te gusta-. Besando mi mejilla, asentí poco después, y dejándome guiar por mis sentidos, sentí cómo Niall entraba a la habitación, algo que no me ayudó a calmar el calor que ya emanaba de mi cuerpo. Los necesitaba a ambos urgentemente, pero estando atada y vendada no podía hacer más nada que esperar.

- Esta sorpresa te gustará, Ana. Y nosotros disfrutaremos de ella también-. Prestando atención a sus palabras, no logré descifrar nada extraño, pero cuando sentí que la cama se hundía y una mano suave y pequeña pasaba por mis piernas y se acercaba peligrosamente a mi vagina y poco después a mis pechos, tragué saliva. Sabía que esa persona que estaba mirando y acariciando mi cuerpo desnudo no era un hombre, sino una mujer.

-Harry, Niall... yo no sé si estoy preparanda para...-. Sin poder seguir con mis palabras, gemí al sentir los labios de la mujer desconocida sobre mis pechos. Tratando de no hundirme en el placer, tensioné la corbata sobre mis muñecas, moviendo todo mi cuerpo. Pero cuando ella colocó su dedo pulgar e índice sobre mi clítoris, toda cordura abandonó mi mente, dejándome llevar por las sensaciones de ese momento. Minutos después, casi al borde del orgasmo, ella paró y sintiéndome un poco enojada, no esperé su próximo paso y la voz de Harry susurrándome que lo disfrutara, antes de besarme y retirarse.

Sintiendo que el cuerpo de la mujer se entrelaza con el mío, y que posicionaba mis piernas al costado de su cadera, supe que tendríamos sexo lésbico. Sintiéndome nerviosa, no ahogué mi sorpresa al sentir la fricción entre nuestras vaginas. Aquello era placentero pero extraño a la vez. Dejando que ella estableciera el ritmo y que se acercara a mi cuello, sentí cada uno de los movimientos de nuestros cuerpos, a tal punto que solo el rozamiento de nuestros pechos parecían llevarme a la locura. Así, envolviéndome en ese espiral de placer, me dije que no podría venirme, que había algo de esa tensión que hacía que la mantuviera y no dejará que explotara.

-¡No puedo, Harry!-. Repetí varias veces, antes de envolverme en las contracciones que se expandían por todo mi cuerpo. Así, grité sin importarme nada más que mi orgasmo.

-Lo hiciste muy bien, amor. Muy bien...-. Dejando que me besara la mandíbula, no me di cuenta cuando aquella mujer abandonó la cama y ocupó su lugar Niall, que no dudó un minuto para comenzar con el labor de limpiarme. Volviendo a sentirme caliente, me tensioné nuevamente al sentir su lengua y sus manos pellizcar mis pezones. Pero lo que sin duda prendió el fuego fue la proposición de mi marido de hacerle sexo oral.

Fue así que sintiendo la punta de su pene, saqué mi lengua para darle una primera probada y de paso, encender a Harry, que no tardó mucho tiempo en penetrar mi boca con su pene. Sin poder gemir, murmuré incoherencias mientras nos dábamos placer uno a otros. Y poco después, preparándome para recibir la eyaculación de mi marido, no esperé que Niall levantara mis piernas para colocarlas sobre sus hombros y me penetrara duramente, llevándome al borde del precipicio.

-Vamos, amor. Necesito sentir cómo tu vagina se contrae y absorbe con ímpetud mi semen que como siempre se derramará y caerá por tus piernas-. Estando ya con un paso sobre el vacío, quise caer en ese espiral de placer, pero mi cuerpo de negaba a aceptar tanto placer, hasta que Harry avisó que se venía, y sabiendo mi afición al semen, abrí mi boca para recibirlo todo, pero sintiendo los labios de Niall sobre los míos, supe que debería compartir el semen de mi marido con él, y eso antes de enojarme, hizo que mi cuerpo convulsionara al sentirse preso del placer. Pidiendo desesperadamente que me sacaran la venda de los ojos, agradecí tener la oportunidad de ver cómo mi marido nos mancha a ambos son su líquido blanco mientras gemía una y otra vez. Y solo en ese momento, en el cual Niall chupaba mis pechos salpicados y llevaba aquel semen a mis labios, exploté, llevando a Niall a derramarse en mi interior.

Minutos después, Niall descansaba sobre mi cuerpo, pegoteado de semen, siguiendo en mi interior, en tanto Harry lo preparaba para penetrarlo. Sin duda, iba a ser una noche larga.

One Shots H. S. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora