Harry
Sentir las texturas de las medias por mis piernas, mientras las iba arrastrado por estas y acomodaba el elástico sobre mi cintura, hizo que me sintiera muy caliente. No pudiendo controlar la presión que ejercía el placer en mi estómago, apreté mis piernas, rozando así su parte interna. Era mi única manera de aguantar las ganas de venirme compulsivamente en mis manos.
Escuchando que Ana salía del baño, no imaginé que ella saldría desnuda, junto a Niall que no perdía un segundo en mirar su cuerpo una y otra vez. Había perdido la cuenta de cuantas veces la había marcado con su semen, y quizás esta no era la excepción, ya que Ana al arrodillarse frente a uno de los cajones de nuestro armario, dejó entrever entre los cachetes de su trasero que algo blanco y pegajoso permanecía todavía allí, invitando a quien lo viera a probarlo.
- Amor, veo que ya estás preparado-. Escuchándola, solo asentí en tanto dejaba que acomodara mis brazos hacia atrás y así, colocara un par de esposas.
-Te ves todavía más tentador así, cielo-. Aceptando un beso hambriento por parte de Niall, me sobresalté un poco al sentir a Ana acariciar con su mejilla parte de mi muslo izquierdo y con sus manos toda su longitud. Parecía disfrutar mucho esta situación y yo todavía más, al sentir el roce de la tela.
-No pensé que la realidad, sería mejor que la fantasía, pero lo es, Harry-. Sorprendiéndome, dejé que siguiera adelante con su plan, en tanto Niall estimulaba mis pezones, para bajar provocativamente hasta mi vientre y danzar con sus dedos sobre mi pene, que para ese entonces se encontraba más que preparado para explotar.- En una de mis fantasías, vos estabas con estas medias y yo te follaba tan fuertemente, que me suplicabas que te dejase acabar. Y luego, cuando acababas, era tan grande la cantidad de semen que tenía en mi interior, que este caía en grandes gotas, manchando el piso. ¿Te imaginas eso, Harry? ¿Con tanto semen tuyo dentro de mi cuerpo?-. Respirando fuertemente, traté no explotar con aquellas palabras, pero cuando siguió hablándome sucio, pasando su respiración caliente hasta el borde de mi pene y Niall , acariciando con sus manos la parte superior, no hizo falta mucho tiempo para que mi semen manchara la media de red y saliera hacia afuera, aterrizando algunas gotas sobre el rostro de Ana. Quedando un poco maravillado del contraste de mi semen con el color de la lencería, no presté mucha atención a lo que sucedía a mi alrededor, hasta que Ana subió a mis piernas y se frontó un largo rato sobre ellas, gimiendo placenteramente mientras Niall estrujaba sus pechos y besaba su cuello. Dándole un beso, le susurró algo antes de sonreírme y acercarse hacia mi entrepierna, que ahora estaba a la vista de todos. Masajeándola un poco, no expresé el gran placer que me dio cuando mi mujer adentró de una vez mi pene en su interior. Respirando pesadamente, ella giro sus caderas, oprimiéndose a mi alrededor.- Se siente tan bien tener tu polla, y sentirme tan apretada y llena con ella-. Tragando saliva, sabía que tendría otra eyaculación precoz si ella seguía utilizando aquel tipo de lenguaje. Sintiendo que comenzaba a subir y bajar, gemí una y otra vez, a medida que repetía el progreso. Pero lo que más loco me volvía era sentir la fricción de la tela entre la piel de ambos. Era algo que nos estimulaba y excitaba todavía más, a tal punto, de llegar a follar duramente a medida que íbamos acercándonos al clímax. Ella, agarrándose de mis hombros, gimió con fuerza y todo su cuerpo tembló mientras se dejaba llevar por su orgasmo, que a su vez golpeó mi sensible pene, llevándome a liberar chorros y chorros de líquido blanco.
-Muy bien, bebé... muy bien-. Susurraba, en tanto acariciaba mi cabello y nos manteníamos quietos, recuperando el aliento. Acariciando mi espalda, nos dijimos algunas palabras, y antes de bajarse de mi regazo, me susurré cuánto me amaba. Sabía que ese sentimiento no cambiaría nunca entre nosotros.- Y ahora, te toca cumplir la fantasía de otra persona, así que espero que todavía guardes un poco de semen para él, Papi-. Sintiendo un escalofrío recorrer mi cuerpo, confirmé que me encantaba que me llamaran "Papi" y que ellos hicieran todo lo posible para satisfacerme. Recibiendo un beso de ella en mi mandíbula tensa, se alejó y le dio lugar a Niall, que lentamente se fue arrastrando hasta lograr que nuestros penes se rozaran. Mirándome a los ojos, él los tomó para comenzar a moverlos lentamente. Respirando cada vez más fuerte, dejé que siguiera masturbándonos, hasta que viendo que me encontraba al borde de la eyaculación, tomó apresuradamente un poco de lubricante para pasarlo por mi pene y poco después, acomodando sus manos sobre mis hombros, lo adentró a su interior caliente y apretado. Aguardando un rato breve, Niall comenzó a subir y bajar, y mientras sus manos recorrían mi espalda, y sus labios mi cuello, mi rostro y finalmente los míos. Él no tenía pudor de besarme, de adorarme como a mi esposa que se encontraba embelesada viendo cómo Niall se entregaba. Segundos después, nuestras respiraciones se volvieron erráticas y recibiendo en primer lugar su semen sobre mi abdomen, no faltó mucho para que lo inundara con el mío.-Oh, sí, Papi. ¡Sí,!-. Gritaba, mientras temblaba en los últimos vestigios de su corrida.
Tiempo después, cuando los tres estábamos ya saciados del juego, nos recostamos en la cama, y viendo que se acurrucaban para dormir a mi lado, supe que la idea de tenerlos como mis sumisos me gustaba.
-Tal vez era hora de mostrarles quién era Papi-. Me dije, pensando en algunos juegos.
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One Shots H. S. (+18)
FanfictionHarry , Anna y Niall, una pareja nada convencional, una pareja de tres.