11.

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Ana

- ¿Empezaron sin mí?-. Dejando mi portafolio a un lado, me deshice poco a poco de mi ropa laboral, mientras Niall seguía moviéndose sobre la polla de mi marido, pero sin estar todavía desvestidos.

-No, cariño. Solo estamos precalentando-. Dándole un beso a Niall, este se levantó y comenzó a desvestirse a la par. Cuando ambos quedamos desnudos frente a mi marido, pudo sentirte casi de forma palpable la energía sexual de aquel encuentro.

Así, siguiendo las acciones de Niall, me arrodillé frente a mi marido y colocando mis manos apoyadas sobre mis piernas flexionadas, bajé mi mirada al suelo para esperar instrucciones. Íbamos a ser los sumisos de mi marido durante el acto sexual, ya que el estilo de vida dominante-sumiso no era lo nuestro.

- Se ven preciosos así-. Acercándose, pasó las yemas de sus dedos por la espalda de ambos y poco después, comenzando a masturbarse, este se acercó para torturarnos con el ruido que hacía al bajar y subir su mano sobre su propio pene. Sin poder decir nada o hacer algo, permanecimos así hasta que él tomó nuestras cabezas y las acercó a este.

-Sean buenos con Papi y chupen su polla-. Encantada de verlo en el papel de dominante, comencé por besar su punta antes de seguir haciéndolo con toda su longitud, en tanto Niall hacía lo mismo pero con la parte contraria, y pese a respetar nuestro lugar de trabajo, nuestros labios se rozaban y compartíamos con verdadero placer aquel momento. No todos los días chupabas el miembro de tu marido en compañía de otro hombre.

-Me encanta tenerlos a mis pies, pero ahora tengo otro trabajito para ustedes-. Quitando su pene de nuestras bocas anhelantes de semen, dio unos pasos hacia una una caja, que hasta el momento había pasado desapercibida para mí. Dirigiéndole una mirada inquisitiva a Niall, este se encogió de hombros para volver a la pose de antes. Y sin rechistar, también lo hice. No quería ningún castigo por parte de Harry.

- Hace mucho quería hacer esto, pero recién ahora conseguí este juguetito para ustedes, que les encantará-. Acercándose, nos ordenó chupar la punta de algo que a simple vista parecía un dildo, pero cuando nos permitió levantar la mirada, supimos que el juego que iba a plantear sería muy placentero.- Bebé, acuéstate en el suelo-. Me pidió, en tanto comenzaba a masturbar su pene nuevamente.- Muy bien cielo. Muy bien...-. Arrodillándose, besó ligeramente mis piernas, mi abdomen y mis pechos. Y perdida en aquella nube de deseo, no sentí cuando hizo entrar dos de sus dedos en mi ano. Gimiendo un poco, este me advirtió que no me siguiera moviendo, pero fue casi imposible cuando aumentó la velocidad.- Después del juego, me parece que tendrás un pequeño castigo, Ana. A menos que me convenzas de lo contrario-. Besando cortamente mis labios, este agarró uno de los extremos del dildo y mirándome atentamente a los ojos, lo adentró donde antes estaban sus dedos. Disfrutando de la sensación, dejé que mi vagina sugiera palpitando y que el líquido que delataba mi excitación, se escapara de mis labios vaginales. Solo quería ser follada, pero estaba lejos de conseguirlo si me seguía completando mal.- Y ahora, quiero que te acerques vos, cariño-. Manteniendo su papel de sumido al 100,%, Niall recibió más que los dedos largos de mi marido. Su lengua también recorrió parte de su pene erguido, de sus testículos y ano, y eso me acercó todavía más al orgasmo, sin haber llegado al desarrollo del juego.- Me encanta que seas tan receptivo, Ni, así que ahora, quiero que pases una de tus piernas por encima de las de mi mujer y acomodes el otro extremo del dildo en tu entrada. Quiero verlos follando entre ustedes-. Y así fue que ambos quedamos unidos por el juguete de plástico, pero antes de movernos, él agregó que quien hacía llegar primero al otro, iba a tener una follada más que merecida del amo.

Fue así, que incentivada por las palabras de Harry, comencé a subir mis caderas, para adentrar más el dildo en Niall, pero fue en vano hacerlo, ya que él generaba el mismo efecto el bajar y subir por el dildo. Entre jadeos y caricias leves, ambos nos acercamos a la culminación de nuestros deseos, pero tratando de retenerlo al máximo, seguimos follando y rozando nuestros sexos, hasta que Harry ordenó a Niall levantarse.

-Bebé, quiero que la folles con el dildo, y con tu lengua-. Besando su cuello, este se levantó y esperó que Niall cumpliera al pie de las letras su pedido.

Tratando de respirar profundamente, me preparé para lo que venía, pero mi orgasmo no esperaría mucho para explotar en cualquier momento. Sintiendo la lengua cálida de Niall atravesar mis pliegues, convulsioné. Pero no conforme con eso, comenzó a adentrar todavía más el dildo, generando más placer y más ganas de abrazarme a mi orgasmo.

Sin embargo, luego de dos minutos que parecieron interminables, Niall dejó de hacerlo en cuando Harry pidió que intercambiáramos de lugar. Y levantándome del suelo, tomé parte del dildo que permanecía todavía en mi ano,y lo pasé hacia la parte delantera, dejando que la otra punta rozara y se empapara con mi excitación.

-Te ves hermosa, amor-. Logré escuchar de mi marido, antes de encomendarme en la tarea que tenía: sacando levemente el dildo de mi ano, y pudiendo ver realmente su magnitud y grosor, tragué saliva, en un intento de no volver a ponerlo en mi interior. Recobrando el sentido, abrí el ano de Niall con dos de mis dedos, y luego de comprobar que seguía estando receptivo, lo adentré lentamente, en tanto me acomodaba cerca de su cadera derecha para llevar su polla a mi boca. Sin prestar atención a la felación de Harry, me esmeré por darle la mejor mamada a Niall, persiguiendo así mi objetivo de ganar la recompensa de nuestro papi. Pero viendo que este también se resistía, recurrí al plan B, que consistió en ponerle dos dedos en su interior, para estimular su próstata. Fue así que antes de los dos minutos, su polla comenzó a expulsar una cantidad considerable de semen que dejé pasar por mi garganta, en el afán de no desaprovechar ni una sola gota. Poco después, pasé los retos que quedaron sobre su pene en mis pechos y en la entrada de mi vagina que moría por tener una polla dentro.

- Excelente, bebé. Excelente-. Me susurró, antes de levantarme y cargarme, hasta apoyar mi cuerpo sobre la pared.- Ahora te follaré y llenaré cm por cm tu vagina, cielo, así que espero que seas muy buena, como hace rato lo fuiste al tragar el semen de Niall-. Y apretando mis pechos, este siguió recorriendo mi cuerpo con sus dedos hasta escuchar mi respuesta.

-Sí, Papi. Haré lo que vos me pidas-. Apoyándome sobre la pared con mis manos temblorosas, me sentí sin aire por un momento, en cuanto Harry ingresó. Tener su polla, era estar en el paraíso. Comenzando a moverse, sus estocadas eran fuertes pero cortas, haciendo que sus testículos golpearan contra mi perineo. Y así se mantuvo, entre caricias y besos, hasta que decidió levantar una de mis piernas sobre su cadera, para profundizar el ángulo. Jadeando cada vez más seguido, y sintiendo que algo quemaba mi vientre, este lo apretó para que sintiera cuán profundo podía llegarme. Poco después, se pegó a mi cuerpo para acabar en mi interior. Recibiendo con gusto su descarga, poco después me vine, retorciéndome entre sus brazos y dejando que una nube pesada y negra cayera sobre todos mis sentidos.

Minutos después, los tres permanecíamos en el piso, recuperando el aliento, para seguir con el juego. Y con una sonrisa en mis labios, supe que también había llegado el momento de ser su mami.

One Shots H. S. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora