13.

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Pasando mis manos por mi vientre desnudo, doblé los dedos de mis pies, para soportar cada una de las vibraciones del deseo en mi cuerpo.

Así, me mantuve, lánguidamente, recorriendo con mis dedos mis pezones y luego, con mi clítoris que rogaba un poco más de atención.

Mientras esto sucedía, Niall y Harry le dedicaban un poco de tiempo a Louis, el sumiso de Niall, quien tenía una venda sobre sus ojos, para preservar nuestras identidades.

-Vamos, cielo. Demuestra a Harry cómo le sabes chupar la polla a tu papi-. Sosteniendo su cabello, Niall acompañó sus movimientos, en tanto embestía con ganas su blanco y ovalado trasero, tentando a cualquier a hundirse en este.

Prestando atención a la escena, sentí un un relámpago súbito atravesar mi organismo, y adentrando los dedos en los pliegues resbaladizos de mi vagina, me penetré hasta tener mi primer orgasmo descomunal. Envuelta en aquel espiral de deseo inconsciente, no me percaté de que tanto Harry como Niall habían eyaculado sobre Louis, quien seguía limpiando con su lengua el pene flácido de mi marido.

-Parece que es bueno en el sexo oral-. Logré decir, para abrir mis piernas y mostrar a mis hombres los restos de mi venida.- ¿No es así, cariño?-. Le pregunté a Harry, quien trataba de controlar su respiración, luego de su corrida.

-¿Por qué no le das una probadita de lo que puedes hacer, Lou?-. Agregó, pasando sus dedos por su cabello de forma cariñosa. Y eso antes de ponerme celosa, me hizo entender su papel en este juego: Louis era mi sumiso ahora. Apoyándome en mis codos, vi cómo avanzó ciegamente en la cama hasta tocar mis piernas, que se erizaron con su primer toque. Poco después, su lengua presionaba mi clítoris, haciendo que me extendiera sobre la cama y sintiera un poco de lujuria, pero eso no era suficiente. Necesitaba más.

-Niall, necesito que acabes en mí-. Sujetando el cabello de Louis, dejé que continuara con su tarea de chupar mi clítoris y saborear mis fluidos que humedecían ya su barbilla. Pero, no pasó mucho tiempo para que Niall corriera su boca nuevamente al pene de Harry, y este colocara una de mis piernas sobre su hombro para penetrarme. Disfrutando como siempre de su polla, lo acompañé en cada embestida, sintiéndome llena y apretada alrededor de su pene que no esperó mucho para largar chorros y chorros de semen caliente y espeso. Gimiendo sobre su cuello, nos besamos y toqueteamos un poco hasta que Louis dejó de exprimir la polla de Harry, a la cual le faltaba poco para terminar, y volviendo a mí, comenzó a chupar nuevamente, pero ahora agregando sus dedos en mi abertura. Tratando de no doblarme de placer, gemí más de una vez, y con más fuerza, cuando sacó de mi interior la carga de Niall para beberla. Así, siguió hasta que mi vagina estaba roja y sensible, pero sin conformarse, volvió a follarme con sus dedos hasta obtener mi corrida que tragó con el mismo esmero.

Después de mi segundo orgasmo, me acerqué para besarlo y tocar su pene que necesita atención urgentemente. Subiendo y bajándolo entre mis dedos, le pedí a Niall que me acercara mi arnés y ajustándomelo con un dildo más pequeño que este me regaló, me acosté a su costado y levantando una pierna para engancharla por detrás de mi cintura, hundí dos o tres dedos con lubricante en su ano, antes de empezar con las embestidas. Segundos después, con una rápida masturbación, su polla tomó más tamaño de lo que esperaba y se volvió tentadora. Parando con mis embestidas, me saqué todo y con gran desespero busqué un preservativo en la mesita de luz para colocárselo, y en abrir y cerrar de ojos, tenerlo en mi interior, haciendo que mis piernas temblaran. Era grande e invasivo como las pollas de Niall y Harry, quienes se masturban mientras veían la escena. Guiñándoles un ojo, comencé a bajar y subir rápidamente, mientras recorría los brazos de Louis y me acercaba a su cuello, para absorber sus leves gemidos, los cuales me empapaban todavía más. Siguiendo así, disfruté del roce que generaba en mi clítoris nuevamente con sus dedos y besando su barbilla, me abandoné al placer por un largo rato, hasta que él fue acompañado fuera de la habitación por Niall, y solo quedamos Harry y yo, quien besando mi cuerpo inerte y saboreando mis labios, bajó nuevamente para darle una última función a mi vagina. Para ese momento, mi vientre dolía de tantas contracciones, pero sabía que mi marido fantaseaba con ver el contorno de su polla sobre mi piel tirante, allí, donde en algún momento estaría nuestro hijo. Sonriéndole, dejé que besara y jugara libremente con mi clítoris sensible, pero cuando este limpió los labios menores y mayores de mis fluidos, y me dirigió una mirada llena de lujuria, hizo que diera un respingo en la cama. Era loco pensar que mi cuerpo le hiciera tanto caso, y de forma tan rápida.

-Aunque me guste el semen de Niall, tú sabes mucho mejor, cielo. Eres tan adictiva como el azúcar de sandía-. Riendo ante su comparación, no duró mucho tal situación, ya que adentró dos de sus dedos largos, gruesos y fríos a mi interior, para terminar con la labor de tener un orgasmo. Siguiendo un breve rato así, grité fuertemente su nombre al venirme escandalosamente sobre su boca y sus dedos.

Pero si pensaba que ahí termina el día, me había equivocado: Niall nos observaba, apoyado sobre una de las repisas, esperando su turno. Él también quería beberme, meter profundamente su lengua, y hacerme llegar otra vez. Hoy era el día de los orgasmos, pensé. Y con ese pensamiento en mi cabeza, abrí mis piernas, para ofrecerme a Niall, que no dudó en venir hacia mí. Era hora de una tercera función.

¡Hola! Si estás leyendo esto, quiero agradecerte por el apoyo que me has dado el votarme, comentarme y agregar la historia a tus listas de lectura.

Otro favor que les quería pedir era que me dijeran sobre qué otra cosa quieren que escriba. Últimamente no tuve imaginación, así que una ayuda me vendría bien.

Por cierto, nadie me respondió cuál era la palabra secreta de Harry. Les doy una pista: es una fruta que nombró en dos de sus canciones. Estaré dedicando el próximo capítulo a quien lo diga.

Saludos. xxx

One Shots H. S. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora