Luego de una ajetreada noche que tuve junto a los chicos, decidí levantarme e ir a preparar un poco de café para mí y para las chicas, a las cuales no había visto durante un par de horas. Sirviendo la bebida caliente en tres tazas, las puse sobre una bandeja y las llevé lentamente hacia su habitación.
Al ingresar, las vi una cerca de la otra, y con una inmensa sonrisa, me acerqué, en tanto ellas se despabilaban, tomaban asiento y se acomodaban sobre el respaldo de la cama. Diciéndoles "buenos días", besé en primer lugar a mi esposa y le di su taza de café con leche, y luego, a Chloe, que también recibió un beso de mi parte y su taza humeante de café negro y sin azúcar.
Conversando un poco, tomamos en calma nuestra bebida y cuando el calor de esta última hizo eco en nuestro cuerpo, con una sonrisa pícara, dejé a un lado mi pocillo y saliendo de la cama, tomé el borde del acolchado y subiéndolo, me adentré poco a poco hasta estar encima de sus piernas y poder tocar con mis dedos el vientre hinchado de mi mujer y el vientre plano de Chloe, que se estremecía ante cada caricia. Acercando mi boca hasta el coño de mi Anna, comencé a besarlo, a adentrarme con mi lengua y poco después, a recoger la prueba de su excitación.
Mientras tanto, Chloe recibía la atención de mis dedos, que no tenían piedad al adentrarse en profundidad y al construir su preciada liberación. Así, en cuestión de segundos, ambas se retorcían de placer frente a mis atenciones y cuando menos lo esperé, me regalaron lo más preciado de ese momento de éxtasis: su orgasmo. Relamiéndome mis labios y luego mis dedos, solo atiné a acostarme en medio de ellas y esperar a que recuperaran su aliento, en tanto jugaba perezosamente con mi polla, la cual con orgullo se levantaba en todo su esplendor.
Pero no pasó mucho tiempo para que ambas profesaran su amor, ya que las tenía sobre ella, besándola, chupándola, y engulléndola hasta lo más profundo de sus gargantas. Dejando que lo hicieran por un rato, minutos después, les dije que era momento de follarlas, y con una mirada más que lasciva por parte de mi mujer, ella por última vez bajó sus labios rojos e hinchados por la dureza de mi miembro, y dejando que un largo y espeso hilo de saliva cayera por su barbilla y su cuerpo, cruzó sus piernas por encima de las mías, y sin más miramientos, la adentró en su interior, que me recibió gustosamente.
Por otro lado, Chloe decidió que era momento de follarla con mi lengua y entonces, cruzó sus piernas por encima de mi cabeza y bajando su coño hasta mi boca, poco a poco comencé a perderme en este. Concentrándome en darle el mayor placer a ambas, no pude ser testigo de las caricias que se profesaban y de cómo se unían cada vez más, a través de mi cuerpo.
Finalmente, antes que los tres estuviéramos a punto de explotar, decidimos cambiar de posición, para aletargar el momento, y poniéndose sobre el borde de la cama, dejaron expuestos sus sexos para que los tomara cuantas veces querían. Acercándome a Chloe, acaricié su rostro y ataqué sus labios, antes de hundirme en su coño y follarla sin contemplación. Viendo cómo sus dedos se apretaban del placer que recorría por su cuerpo y que no podía detener, sonreí. Por fin había entendido que también podía dárselo pese a no ser mujer. Intentando intensificar más el momento, chupé y mordí sus pezones hasta que estos estuvieron rojos, como su coño, que pedía ávidamente que lo llenara de semen, y como su trasero, que recibió un par de nalgadas, para tener el mismo color.
Pero sabiendo que todavía faltaba mi esposa, la abandoné por unos minutos, para dedicarme a ella y a su gloriosa vagina, la cual seguía estando abierta y muy húmeda para recibirme. Sonriéndome, besé cortamente sus labios y su cuello, y adentrándome, la follé con embestidas cortas pero duras. A estas alturas, no sabía con cuál de las dos me terminaría viniendo pero sabía que las dos eran insaciables.
Saliendo de ella, me masturbé frente a sus ojos y cuando sentí que largos choros de semen saldrían hacia el exterior, rápidamente, me hundí nuevamente en Chloe y la llené con los primeros chorros de mi esperma caliente y espeso. Gimiendo ante la sensación de su coño apretándose para obtener todavía más, salí y fui en busca del coño de mi Anna, y allí derramé otra cuantiosa cantidad, y con cada una, repetí el proceso varias veces, hasta que nada más salió y los temblores de placer abandonaron nuestros cuerpos.
Tiempo después, los tres yacíamos sobre la cama, tomando otro café y riendo por cualquier cosa que se nos pasaba por la cabeza. Así, regándole unas cuantas caricias al vientre de mi esposa y abrazando a Chloe con mi otro brazo, permanecimos de esa manera hasta que escuchamos que Niall, Louis y Liam hacían ruido en la cocina, buscaban algo para desayunar. Saliendo finalmente de nuestra burbuja, ayudé a mi mujer a colocarse sus pantuflas y dejando que se pasaran una bata de seda sobre sus cuerpos, salí junto a ellas hacia donde se encontraban los demás. Ese era el último día en la cabaña y todos queríamos aprovechar el tiempo en alguna actividad juntos, o eso pensábamos, hasta que mi mujer rompió bolsa y tuvimos que acudir a hospital más cercano para que allí, naciera nuestro primogénito.
¡Holaaaaa! Espero que todos estén bien y que les guste este one shot tanto como a mí. Déjenme decirles que este no es el último pero quizás el que viene lo sea, antes de empezar con la historia de Niall, Harry y Anna antes de que tuvieran la libertad de hacer todo lo que hemos leído hasta el momento.
De cualquier modo, espero leer alguno de sus comentarios y nuevamente, agradezco su apoyo. El éxito que tengo es gracias a ustedes.Les mando muchos besos.
Matt.

ESTÁS LEYENDO
One Shots H. S. (+18)
ФанфикHarry , Anna y Niall, una pareja nada convencional, una pareja de tres.