Mientras seguía lloviendo afuera, me encontraba todavía en la cama, en tanto Niall y Harry se encargaban de hacer del desayuno y de dar de comer a Ed. Habían insistido que ese día se harían cargo de todo para que descansara luego de haber trabajo sin parar en la fundación. Estirando mis músculos, pensé que no podía ser más feliz y dichosa en ese momento.
- Amor, ya está el desayuno. ¿Lo traemos acá o vas a bajar al comedor con nosotros?-. Me dijo Niall, en tanto abría la puerta y se quedaba viendo atentamente mis movimientos.
- Creo que bajaré con ustedes pero me llevará un poco más de tiempo salir de la cama hoy-. Contesté, tapándome hasta la barbilla por el frío que se había colado por la abertura de la puerta. Escuchando que la cerraba, no esperé que se tumbara a mi lado y luego, me besara. Recorriendo su abdomen con mis dedos, me deleité al verlo usar nuevamente ropa deportiva. Se le marcaba cada músculo de su cuerpo y eso solo hacía que tuviera pensamientos muy pocos decorosos. Bajando una de mis manos, la adentré hasta su parte íntima y llevándome la grata sorpresa de no encontrarlo con calzoncillos, comencé a mover mi mano de abajo hacia arriba, ganándome un par de quejidos de su parte.
- Lo hacés muy bien, bebé. Demasiado bien...-. Dijo, para darme total acceso a su polla. Dejándome torturarlo de placer por un rato más, seguidamente, repartió besos en mi cuello y clavícula, para luego tomar mi camisón y sacarlo de mi cuerpo, llevándose la sorpresa de que tampoco tenía nada debajo de él. Quitándose rápidamente la suya, no perdió tiempo para colocarse entre mis piernas y seguir besándome, en tanto recorría delicadamente mi piel con sus dedos.
- Nunca tendré suficiente de ti, Anna-. Confesó, posando sus cálidos labios en mis pechos y succionado. Gimiendo ante la sensación de sentirlo drenar la leche que producía para alimentar a Ed, sentí que mi cuerpo se calentaba totalmente al percibir que dos de sus dedos se hundían en mi vagina y su pulgar permanecía sobre mi clítoris masajeándolo lentamente para un inminente orgasmo.
- Por favor, cariño, tómame-. Repetí un par de veces en medio de aquel delirio de placer que me producían su boca y dedos.
- Es lo que más deseé desde que te vi acostada en la cama. Y no pienso tardar un minuto más para estar nuevamente en tu interior-. Pasando la punta de su pene por encima de mi abertura, me removí ante los espasmos de placer que pinchaban dulcemente mi vientre. Sintiendo cómo se hundía poco a poco, no escondí el rejocijo que me producía. Apretando su cintura con mis piernas, apoyé mis manos en su trabajada espalda y recibiendo su primer empellón, comencé a ahogarme al no respirar adecuadamente.- Tranquila, amor. Respira-. Me dijo, a la vez que inspiraba y expiraba para que hiciera lo mismo. Poco después, con el inconveniente superado, me dediqué a jadear y a marcar su espalda con mis dedos, en tanto él me susurraba lo cálida que me sentía y lo húmeda que quedaría luego de recibir su descarga.- Sí, amor. Estoy muy cerca.... muy cerca-. Repartiendo besos por mi rostro, cuello y clavícula, él detuvo su ritmo vertiginoso y girándonos, me dejó a horcajadas de él. Sin perder el tiempo, me posicioné encima de su polla para volver a hundirme en ella y seguir con la acción. Mientras tanto, él besaba mis pechos y dejaba un par de marcas en mi cuello al apoyar sus labios más allá del tiempo debido.- Lo estás haciendo especular, cariño-. Me dijo un par de vez, antes de girarnos de nuevo, quedando nuevamente debajo de su cuerpo, y empezar a dar las últimas embestidas.- Vente conmigo, amor-. Sintiendo los calambres de mi inminente orgasmo, apreté su cuerpo con el mío y gimiendo a la par suya, dejé que lentamente bombeara todo el semen que tenía hacia mi interior, pese a que comenzaba a filtrarse hacia afuera y a marchar el cobertor.
-Ahora entiendo por qué no bajaban-. Escuchando la voz de mi marido, sonreí ante su insinuación, aunque todavía seguía sintiéndome anestesiada por el orgasmo. Dejando que Niall saliera de mi interior, este fue rápidamente por una toalla húmeda y nos limpió, antes de poner cada prenda en su lugar y quedar así presentables.- Y eso que llevan horas siendo novios. Qué será dentro de una semana. ¡Una fábrica de bebés andante!-. Contagiándome de su humor, me acerqué y golpeé su hombro, para luego darle un beso de buenos días. Dejando que Niall pasara una bata por encima de mi cuerpo, los tres bajamos hacia la cocina, donde Ed se encontraba jugando tranquilamente en su corralito.
-Qué rico se ve todo-. Alagué, viendo lo que ellos habían preparado para el desayuno.- Creo que tendrá más de una ventaja al tener dos hombres en casa-. Bromeé, para seguir en esa nube de tranquilidad y buen ánimo con el cual todos habíamos empezado ese día, aunque obviamente tener sexo en la mañana multiplicaba las posibilidades.
-Entonces, ¿cómo quedará la relación con Louis luego de lo que pasó?-. Me animé a preguntar, minutos después. Durante la noche de ayer no se había alcanzado a hablar casi nada después de saber que no estaba embarazada, y de posteriormente ponernos al día con nuestros sentimientos y nuevos planes como pareja.
-Creo que yo deberé ser el encargado de hablar con él y decirle que estaba gravemente equivocado. Será un poco arriesgado decirle la verdad pero espero que esta vez se comporte de una manera más sosegada-. Escuchándolo atentamente y viendo que tanto yo como Harry le dábamos la razón, asentí.
-Cualquier cosa, nos tiene a nosotros, amor. No nos importaría dar la cara por ti. Eres nuestra pareja y también debemos protegerte, como ahora vos lo estás haciendo con nosotros-. Tomando su mano, la apreté y acariciándole un rato los nudillos, poco después centré mi atención en Harry, que se había tenido que hacer cargo de nuestro hijo, que ya estaba durmiéndose sin mucho esfuerzo en sus brazos.
-Todavía no comprendo cómo nuestro hijo puede dormir tanto-. Acariciando su rostro, pude ver en el suyo cuánto amor le profesaba a Ed y eso hizo que mi corazón rebosara de alegría. No podía pedir a la vida más que ser feliz al lado de ellos tres por el tiempo que viviera.
-Es un bebé, Harry, y los bebés son de dormir mucho-. Le contestó Niall, que tampoco despegaba la mirada de él.- Espero que el nuestro sea igual, amor. Prefiero esto a que esté llorando las 24 horas de día-. Viendo que Harry aguantaba la risa, intenté no contagiarme de ella, hasta que lo vi desaparecer con Ed en las escaleras que llevaban al piso de arriba. Encendiendo el intercomunicador que usábamos para saber cuándo nuestro hijo despertaba, me bajé del taburete y acercándome hacia él, besé su mejilla antes de decirle: -amor, Ed lloró las 24 horas de día durante los primeros meses de vida, así que vete acostumbrado al ruido-. Volviendo a mi lugar, comencé a limpiar en silencio, en tanto Niall seguía pensando en lo que debería afrontar una vez que fuera padre, aunque muy en el fondo sabía que sería un buen padre y se desviviría por nuestro hijo, y eso me lo confirmó cuando me abrazó por detrás y me susurró que sería el hombre más feliz de la tierra si eso sucediera y lo pudiese compartir conmigo y con Harry.
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One Shots H. S. (+18)
FanfictionHarry , Anna y Niall, una pareja nada convencional, una pareja de tres.