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Niall 

 

Yendo a buscar a Harry a la sala, fruncí el ceño cuando vi el logo de Netflix en la tv, y mi desconcierto fue todavía mayor en cuando vi a Harry traer un cuenco repleto de palomitas de maíz.  

- ¿Qué tipo de película quieres ver, amor?-. Sentándose, me nombró las categorías y algunos títulos que parecían interesantes. Tomando asiento, miré hacia el frente, y viendo con más detenimiento la lista, no fui testigo de la creciente sonrisa de Harry hasta que lo escuché reír.  

- ¿De qué te ríes?-. Agregué, sin darme cuenta de que había caído de forma redonda en su trampa.  

- ¿En serio creíste que te traje aquí para mirar una película, Niall? -. Mostrándose ofendido, no tardé en reírme con él y en sentirme un poco avergonzado conmigo mismo por caer tan fácilmente en sus juegos. 

- Quizás no tenga la menta tan sucia, esposo-. Rodando los ojos, seguí bajando en la lista de películas hasta que Harry quitó de mis manos el control remoto y apagó la tele, quedándonos iluminados tenuemente por una de las lámparas de la sala y la luz de la luna llena que ya se encontraba casi en la mitad de su trayectoria en el cielo nocturno. Tomando unas palomitas de maíz, lo acercó a mi boca y dándome de comer algunas, quedamos un buen tiempo mirándonos y comiendo en silencio, en tanto la tensión sexual aumentaba entre nosotros.  

- Entonces… ¿me vas a contar lo que hiciste en el baño antes de venir para acá? No creo que bañarte por segunda vez-. Intentando no delatarme, sonreí levemente antes de contestar.  

- Aunque no lo creas, eso fue lo que hice. Tenía un poco de calor y decidí refrescarme-. Sabía que mi respuesta no era del todo convincente pero era mejor respuesta que decirle que había estado masturbándome por desearlos a él y a Anna en ese momento.  

- Se te da muy mal mentir, cariño-. Dejando el cuenco medio vacío a un costado del sofá, tomó un trago de agua de la botella que siempre llevaba a todos lados, y acercándose hacia mi cuerpo, no tuve tiempo de reacción cuando sus labios impactaron sobre los míos. Saboreando el gusto dulce del azúcar en su boca, no me separé de él y muchos menos cuando sus manos se encontraban recorriendo cada centímetro de mi piel.- ¿Qué quiere mi pequeño y adorable mentiroso? ¿Quiere acaso que lo masturbe de nuevo, y que luego, trague todo su semen?-. Sintiéndome más que preparado frente a sus palabras, asentí con su cabeza y apoyando casi todo mi cuerpo sobre el respaldo del sofá, dejé que él se arrodilla, y bajara parte de mi pantalón de dormir para tomar finalmente mi pene entre sus dedos. Viendo a través de mis ojos vidriosos que me engullía completamente en su boca, me contuve de no gemir con fuerza en ese momento y en no venirme en cuestión de segundos en su boca aterciopelada.  

- Estás muy sensible, bebé-. Logré escucharlo decir, antes de que se ocupara de besar y de atrapar entre sus dientes la punta de mi miembro. No pudiendo contener más mis gemidos, lo tomé de su cabello y empecé a empujar con bastante insistencia dentro de su cavidad bucal, hasta que mis testículos se tensaron y varios chorros de semen salieron disparados hacia él, que obedientemente tragó y deslizó por su garganta. Liberándolo de mis dedos, Harry siguió con mi polla en su boca, mientras  calmaba su respiración y chupaba hasta la última gota de mi esencia. Viendo detenidamente sus labios, estos se encontraban rojos, hinchados y brillosos, por su propia saliva y por los restos de mi culminación. Sin pensarlo dos veces, lo atraje hacia mí y lo besé por un largo rato, encargándome de degustar mi propio sabor.  

Poco después, con toda la ropa afuera, frotamos nuestros penes entre sí por un rato, hasta que de mi boca salió la idea de subirme sobre sus muslos y cabalgarlo como hace mucho tiempo no lo hacía. Era una de mis posturas favoritas y él lo sabía. Dejando que con sus dedos lubricara mi ano, besé un par de veces su cuello y sus clavículas, hasta que la inminente penetración robó de mi boca el poco aire que todavía quedaba en mis pulmones. Nunca me iba a acostumbrar a su tamaño. 

One Shots H. S. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora