Capitulo 51: Desconocimiento

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26th Enero
6:45 P.M.

–Pero bueno –Sonrió Vriska, abriendo 20 cm la puerta para ver de quién se trataba, dejando ver apenas la mitad de su cara–. Mira quien tenemos de aquí.

Del lado del pasillo se encontraba Helen, mojada con agua de la charca donde se bañó Bec y con aburrimiento en la cara. Era bueno verla, sabía que no obedecería a John ni de lejos con el jueguito de "no le hables a tal por tal" que se jugaba de los 15 a los 25 y ella ya estaba cerca del segundo número.

– ¿Qué querías decirme? –Fue directa, quería irse cuanto antes a casa para cambiarse de ropa.

– ¿No quieres pasar? –Abrió de par en par, pegándose a la madera para dejar un vistazo al aire de su dormitorio singularmente ordenado–. Porque creo que te vas a tener que sentar.

– ¿Qué mierda es? –Alzó el tono de voz y sus ojos seguían siendo los triángulos invertidos que destilaban fastidio.

Serket no respondió, bailó con su mano para señalar el interior de su pequeño sitio en el campus como insistencia a que entrará no precisamente a tomar café sino para recibir las malas nuevas.

Entró, no le quedaba de otra si lo que quería es salir rápido de ésta. 

La habitación de la araña perversa tenía lo justo, teniendo un espacio vacío en el área común con un sofá como única decoración además de una canasta donde se presumía había ropa sucia, un refrigerador pequeño y un escritorio al fondo que ya reconocía que no era suyo sino de su compañera de dormitorio. Era extraño ver algo tan ordenado, los otros dos dormitorios que frecuentaban eran un collage de cosas que los padres de quienes habitan iban a botar y tomaron como segunda opción de bodega el hábitat universitario de sus querubines, lleno de comida a medias y olor a polvo. Por primera vez estaba en un sitio que le mostraba el lado bueno de vivir en los dormitorios, no era obligatorio tenerlo tan desordenado para eso era mejor su casa.

–No te diré de dónde o cómo lo sé, pero deberías confiar en mi –Comentó Vriska tras cerrar la puerta después de que la mujer pasará–. Sé que es difícil para ti, pero ese anillo mola.

El anillo mencionado hacía referencia al que portaba Makara en el dedo que le cortó para ocultar la cicatriz. El cirujano de turno no era más que un carnicero al cual le importó tres cojones y medio la estética que portaría la mujer tras la cirugía y justo del lado visible en la zona dorsal de la mano se apreciaba una inflamada y deformada línea de un pálido morado que se mezclaba con su pálida piel, más gruesa en unas zonas y delgadas en otra como si fueran grumos apenas percibibles en su pie, viéndolos sólo si ponían atención a su mano. Prefirió usar un anillo de su madre que le daba la razón a los médicos del último hospital al que fue sobre que estaba comprometida.

–Al punto –Continuaba Makara con su perseverancia por marchar más a prisa.

Espero a que se sentará en el sofá para ponerse de pie frente a ella, sintiéndose la autoridad por segunda ocasión en su vida y saciando su sed de atención parte de la familia de sangre morada, torturándola con el silencio que la mirada de la mujer exigía que acabará con furor en la formar como bajaba cejas.

–Tu padre ya tiene resuelto lo de Jake y Norian –Se lo soltó en seco para que no la trajera a las prisas si ahora le tiraba la cantaleta previa a la noticia. No quiso ser cruel. En realidad, sí. Pero fue su culpa.

Parpadeó.

Nada más.

– ¿Qué? ¿No me crees? –Vriska estaba rayada ante su nula reacción.

Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora