Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]

Capitulo 71: HBD John

13th Abril
5:56 A.M.

∆

– ¿John? –Hablaba Helen, sacudiéndolo con pereza para que se levantara.

– ¿Hmm? –Sacudía la nariz como un pequeño conejo.

–Es tu cumpleaños –Lo decía de una forma casual, como si sólo fuese un evento más.

–Ujum –No iba a abrir ni los ojos ni la boca. Si se volvía a dormir ahora, quizá alcanzaría de vuelta aquel sueño donde se sentía tan seguro y cobijado, libre, no cómo su cuerpo físico en la cama tan pequeña donde tenía que encoger las piernas y soportando el peso de su novia encima–. Ujum –Ahora era un poco más lento, como si lo estuvieran desconectando de a poco–. Hmm....

–Ya tienes 22, levántate –Le daba golpecitos en la cara, semejándose a Buddy cuando intentaba despertar a su dueño para que lo alimentase; sin araños o mucha fuerza–. John, tengo hambre. Despiértate, me da pena bajar sola, otra vez.

No se movió, parece que se había vuelto a dormir.

Antes de continuar con sus arduos intentos de despertarle, su mirada recayó sobre el móvil cargándose en la mesita de noche del costado de John, el único costado al estar la cama pegada a la pared. Se estiro desde donde estaba para alcanzar el celular, quizá apretando al muchacho mucho al reprimir su estómago para que le saliera la fuerza de llegar hasta el teléfono. Quizá pudiera ser eso o es que los astros hoy conspirarían en su contra porque Egbert abrió los ojos justo cuando era demasiado obvio que quería ese teléfono.

Tenía muchos mensajes que no quería que viese ¿Y si ya había visto uno? ¿Estaba por tomarlo sólo para aventárselo a la cara o algo? No es que cayera muy en gracia de cualquier personas que tu pareja hablase con el ex que más detestas a diario, mucho menos si las conversación rondan alrededor de dicha pareja, diciendo cosas que le ofenderían o dolerían como la mierda y con razón.

– ¿Es mi cumpleaños? –Preguntó John para llamar la atención, haciendo que rápidamente la chica encogiera su mano con culpa y se hiciera pequeña en su lugar. Sus ojos asustadizos eran grandes y bonitos–. Buenos días –Sonrió, escondiendo el nervio detrás– ¿Dormiste bien?

Se sintió apenada como nunca. Le habían atrapado a media artimaña y que John fuera tan amable como para no preguntarle, le ponía algo... lo evadió al extenderse para que el joven la recibiera en brazos, estrechándola mientras ella besaba sus mejillas entre un par de pequeños picos que se cruzaban en el camino.

–Ya eres un niño grande –Cambió de tema antes de que siquiera comenzaran a hablar de lo ocurrido–. Ya tienes 22.

– ¿No tienes sueño? –Aferrado a la vida y los sueños que esta le podría brincar al dormir, más cómodo que nunca al tener más espacio en la cama cuando acomodaba a la dama de manera estratégica para que casi que 3/4 de su cuerpo estuviera sobre él y el resto abarcara poco espacio–. Hay que dormir otro rato ¿Qué hora es?

Se estiro con las intenciones de tomar su teléfono, pero cual niña pequeña, Helen le pellizcó el costado, haciendo que se encogiera para no recoger el aparato.

– ¡Helly! –Reía al haber sentido aquel piquete en sus costillas– ¿No tienes sueño?

– ¿Tu padre a qué hora despierta? –Le acarició detrás de la oreja y tembló.

Echó la mirada al aire para calcular a qué hora más o menos era que su padre se paraba a hacer las labores de la casa, la cuál sería la misma hora en la que Jane se pondría de pie para ayudarle, pero... ¿Entre siete y ocho? Probablemente ¿A qué hora es que había bajado Helen ayer? Ella debería saberlo aunque tal vez (igual que él) no miraría el reloj antes de bajar.