Capitulo 35: Broken 1/2

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15th Diciembre
2:24 P.M.

– ¿Ves esto? –John puso la mano en el suelo, dejando que una mariquita se posara en su mano.

Se giró para ver a Helen quien estaba atenta y abrazando sus piernas encogidas. Miraba con mucho cuidado al insecto, no le perdía el paso pero se notaba un poco a la defensiva. Lucia como una niña pequeña en su segunda ida al campo, acostumbrándose a penas a los insectos del lugar y ah identificar cuáles eran o no peligrosos.

– ¿Pica? –Se extendió un poco para verla más cerca.

–Es inofensiva –En un gesto tierno, el joven le acercó su mano para que la viera– ¿Te gusta?

–No sé –Hablaba bajito y echó un poco atrás la cabeza en cuanto se acortó la distancia con el insecto–. Creo que no soy su mayor fan.

Para su mala suerte, la mariquita decidió mover sus alas muy rápido pero sin levantar vuelo, parecía que su intención había sido únicamente asustar a Makara y lo logró.

– ¡No me gusta! –Se deslizó un poco hacía al costado y estiró sus manos sobre su cara, como cubriéndose de que le fuera a volar encima–. Ya lo decidí.

–No hace nada –Se la estiré un poco y se fue de luces hacia atrás, pegándose con una rama en la cabeza– ¡¿Estás bien?!

Sólo pujó en señal que estaba bien y se quedó ahí acostada, mirando al cielo. No pensaba en nada, sólo que en cierta parte ya no estaba en peligro de un ataque de la súper mariquita que podría arrancarle un brazo si se lo propusiera.

Por preocupación, Egbert dejó la mariquita de regreso al suelo y fue a gatas hacía a dónde ella estaba. Vio lo vencida que se veía, como si ya no valiera la pena pararse para que el insecto la enfrentará a otro round.

– ¿Ya la mataste? –Tornó los ojos hacia él en cuanto la cubrió con su sombra y el chico negó con la cabeza–. Deberías.

– ¿Por qué? –Volteó a ver qué la mariquita estuviera fuera del alcance de su pie, para evitar que su vida terminará por un zapato–. No te hizo nada.

Un susto no es gran cosa, no como para matar a una persona... O un insectos, pero ella era muy drástica y la mariquita no tenía la culpa de haberse puesto en ese lugar, en ese tiempo.

–Me dio un susto que vi a mis ancestros –Se apoyó del brazo de John para poder sentarse– ¿Cuánto vive? ¿Tres minuto? Si me dejas matarla, yo te dejo que le des cristiana sepultura.

–No, Hel –Le tomó las manos como medida de prevención para que no empezará a buscar su víctima y darle caza–. Así no.

Para Makara, la naturaleza le venía mal, se le iban arriba los zumos y a cada ruido volteaba a ver de qué se trataba, qué lo había causado, quién o qué estaba detrás; no había rama rota con la que no hubiera brincado un poco. Sin embargo, se le sentía mejor que cuando llegó, ya salía y soportaba estar afuera sin estar tan al pendiente como antes, con ese nudo en la garganta al caminar.

– ¿Hel? –Me repitió entre risas.

Tardó un poco en notar que le había llamado así, principalmente porque John si lo pronunciaba bien y con la voz más rasposa. Estaba acostumbrada a oír al Ampora metiéndole otra letra a su nombre al decirlo y sacando un "Hell" que si una madre de familia cristiana lo escuchaba era muy probable que se persinara como requisito mínimo.

–Sí, bueno –Se le frunció un poco el ceño, quizá inconscientemente de ello–. Se me escapó.

Agachó la cabeza pero no por pena sino porque no quería ver cómo su novia tenía esa sonrisa en el rostro al mirarlo, podía sentirla pero no pensaba verla. No le molestaba que alguien más la llamara así, incluso él le podría decir así libremente, lo que le molestaba era Eridan y el acoso constante que tenía contra ella. Al inicio le daba un poco lo mismo, lo único que veía a un chaval que quería ser amigo de Helen, pero después hubo movidas que no le agradaron tanto y todo por el bien de ella.

Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora