Capitulo 32: Insomnia Severity

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12th Diciembre
2:33 A.M.

Helen

Tenía un dolor de cabeza que me despertó, se sentía como si tuviera un casco que dolía, debajo del cuero cabelludo.

Compartía habitación con Harley y daba gracias haber conseguido a una compañera que se convertía en un osos al dormir. Cuando cerraba los ojos, ni Dios se los abría. Aun así, no quería molestarla estando sentada con quejidos debido al dolor, era muy llorona con mi semblante del dolor y aunque no se despertará, pensaba que le podría irritar.

Fui a la cocina para agarrar agua y poder bajarme las pastillas. En casa se burlaron por traer media farmacia en una mochila, pero ahora era cuando agradecía esa "exageración".

Tomé las pastillas, me quedé ahí un momento porque ya no soportaba moverme más hasta que el dolor sino se iba, al menos se volviera tolerable. Sentía los ojos calientes, pero no tenía sueño. Creo que nadie puede dormir con dolor a menos que no llegara a quitarse rápido y por resignación esperas estar mejor en la mañana.

Estando un poco mejor, aunque sintiendo aún un poco de fiebre, me iba recostar en el living (con suerte quedándome dormida ahí) pero yendo para allá vi luz. La TV prendida y un Strider con los mismos planes que los míos: esperar hasta quedar dormido en el sofá.

Mi señora interior apagó la TV, por la cuenta de luz, y eso lo despertó.

– ¿Qué hora es? –Fue lo primero que dijo mientras soltaba aire por la nariz, tallándose los ojos– ¿Qué haces?

–Me duele la cabeza –Le respondí en voz baja, por prudencia al resto de las personas con un horario de sueño sin interrupción, personas que se levantarían como dentro de cuatro horas porque son productivas y probablemente esa idea logro enfermarme, literalmente– ¿Tú?

–Ah pues estaba viendo eso... Estaba –Señaló la TV y luego el control que tenía en la mano, se lo lance casi que en la cara pero le cayó en el regazo–. Ya no lo quiero.

–Pero que tonto estás –Tosí un poco y luego me presioné el pecho como reflejo para dejar de toser–. Voy afuera.

Si caminaba me daría sueño, me olvidaría del dolor al distraerme y está perfecto porque literalmente no había ningún factor de mis miedos. Los animales duermen de noche ¿No?... ¿No? Y bueno, que los factores humanos estaban en su quinto sueño, por ahí de la tercera parte del cuento de hadas en el que anduvieran.

– ¿Afuera? –Se paró, estirándose hacia arriba y tronando de una forma muy ruidosa su espalda– ¿No que le tienes miedo?

–Es terapéutico –Estaba diciendo la verdad, pero lo siguiente no lo dije en serio, que era una mentira de corazón– ¿Quieres venir?

Se quedó mirando a la puerta, con una pereza que ojalá me hubiera transmitido, se rascó el cabello y se encogió de hombros.

–Sí, que mierda –Arrugó la nariz y fue por sus gafas a la mesa de centro de la sala.

– ¿Qué te lastima la luna o cómo? –Le señalé los lentes.

–Sí, siguiente pregunta –Para ser el amo y señor de la ironía, había cosas que no pillaba a la perfección dentro de esta conversación... O estaba jodiendo, que era lo más probable– ¿Habrá frío?

–No creo.

***

Si hacía frío, soportable pero hasta el dolor de cerebro que tenía se me olvidó. Posiblemente se congeló. El primer objetivo ya estaba cumplido, pero aún no me sentía cansada.

Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora