Capitulo 65: Lobo de mar

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30th Marzo 
7:02 A.M.

El sol ya había salido y su plato de comida estaba vacío, por lo que con la pena, empezó a chillar para ver si es que alguno de los dos humanos que estaban dormidos con la sabana revuelta encima se dignaba a despertar para alimentarle. Era un cachorro en desarrollo y sus horarios de comida iban acorde a la posición del sol: cuando salía, cuando se ocultaba y cuando ya no estaba más.

Como chillar no le estaba funcionando, con sus pequeñas patitas y grandes garritas caminó con lo pesado que debería sentirse su cuerpo en aquel momento para él hacía la joven Makara, quien lo había agarrado de peluche al dormir, y empezó a lamer su rostro para despertarla.

– ¿Hmm? –Preguntó la chica con un sueño enorme que aun la mantenía con los ojos cerrados y la voz susurrante– ¿John? –Abrió los ojos con muchísima pereza para encontrarse a Buddy moviendo el rabito frente a ella, ladrando en forma de saludo– ¿Tienes hambre?  

Al fin, un humano que lo comprendía. Continuó dando vueltas para que lo atendiese más rápido ante la evidente lentitud de cómo se movía la chica, despertando musculo por musculo al sentarse sobre la cama y acomodar su cabello para luciera menos revoltoso de lo que estaba, atándolo con una liga que conservaba en la mano. Miró a Buddy, le sonrió y procedió a mover al bulto pelinegro a su costado para que alimentase a su cachorro.

–Cinco minutos –Murmuró adormilado la pobre alma cansada de Egbert, no movía más que sus labios y no pensaba hacer nada más hasta cinco o treinta minutos más tarde–. Aun no suena la alarma.

Aun no se acostumbraba a ser padre soltero. Manteniendo esa insignia al tener a su novia en una postura rígida sobre que no levantaría un dedo por el cachorro a menos que fuese estrictamente necesario, dictando que era necesario para que aprendiese a cuidarlo en su ausencia y Buddy no se acostumbrase a que sólo había comida cuando ella estuviera presente. Además, desconocía dónde estaba la bolsita de alimento para perro.

La mujer tomó una almohada y se la estampó en el rostro al muchacho, levantándolo por las malas.

–Dale de comer a tus hijos, que Casey y Buddy tienen hambre –Miró hacía la almohada donde reposaba la lagartija, y al igual que Egbert, seguía dormida–. Tal para cual –Murmuró, negando con la cabeza.

John, despertó con pocas ganas de seguir durmiendo después de tremendo despertador que se encontró anoche en el pasillo. Arrugaba los ojos, casi sin dejar espacio para ver, y prontamente buscó con la palma de la mano sus gafas en la mesita de noche junto a él. Una vez puestas, miró con cierta diversión al fingir de una forma pésima el enojo a los dos culpables de que estuviera despierto tan temprano.

–Son las siete de la mañana –Tomó su teléfono y les mostró la pantalla del teléfono donde la hora era la dictada– ¿Por qué comerías a las siete de la mañana? –Se dirigió a Buddy y él sólo se refugió en los brazos tibios de la dama que lo sostenía, ocultando la cabeza para no verle–. Cobarde.

–Mira, Buddy –Con gran emoción y un poco más despierta señaló el fondo de pantalla del joven que era una foto del perrito, sostenido en el aire como si fuera Simba, sabiendo que lo sostenía Dave aunque no se veía su rastro en la foto pero es que a nadie más se le podría ocurrir una idea así–. Mira que guapo que saliste.

El perrito volteó como si hubiera mirado la foto, más erróneamente confundió la situación y a quién llenó de lengüetazos fue a Helen, haciéndola reír al instante.

–Buddy, hey –Le llamó su dueño, siendo ignorado totalmente. La chica era más divertida que él–. Ven, ya deja a Helen que la vas arañar –Bajó esa excusa, tomó al perrito en brazos y lo bajó de la cama, haciéndolo chillar al ser separado de la dama, pero rápidamente pasándosele la tristeza cuando se dio cuenta que si lo bajaban era para darle de comer–. Eres un bipolar.

Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora