Capitulo 24: Está bien, no está bien

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1st Diciembre
6:09 P.M.

Helen

– ¿Por qué te enojas? –Pregunté confundida–. Yo debería enojarme.

Karkat estaba haciendo una rabieta mientras se daba tirones en el cabello. No sé si tuvo expectativas muy grandes que se formó a lo largo de los años y no las logré llenar, pero estaba algo insufrible. Exactamente, no me hacía sentir mal haberlo decepcionado, me hacía sentir estafada de alguna manera pensar que ya habíamos dejado eso atrás.

Manteniendo una relación o no, esto estaban mal.

– ¡Joder, no lo tornes hacia ti! –Seguía con esa cantaleta.

–Ya me involucraste ¿Qué mierda pasó ahí? –Le alcé un poco la voz para estar al mismo toque de campana que él–. Ya se tornó mío.

– ¡Que no! –Se echó para adelante y por instinto yo tiré hacia atrás– ¡No tienes una maldita idea! Tú puedes seguir con tu mierda –Empezó a hacer una pésima imitación de mi voz–: "me cortaron un dedo, no puedo defenderme por mi sola"

Vantas no era un Don Juan, pero no estaba seguro que por simple naturaleza funcione (o crean que funciona) el hecho de insultar a la chica. No me emociona, románticamente hablando, que me hablen así de mal.

–Venga –Apreté los labios y tomé mi sudadera–. Me largo.

– ¡Helen! –Gritó, tomando mi sudadera y jalándome hacia atrás.

– ¡Karkat! –Respondí al mismo tono que él, con todo el sarcasmo y la frustración del mundo– ¿Qué tienes, tío? ¿Qué te falta?

Me sostuvo la mirada, con su cara de molestia que parecía no cambiar y volvió a tener el atrevimiento a besarme con un pico. Mi amabilidad se acabó ahí y le di un empujón.

– ¿Tú qué entiendes por no? –Exclamé molesta– ¿Que te lo tengo que decir con todas sus letras? No quiero ser la mala.

Pasé la mano por mi cabello mientras recuperaba compostura, me crucé de brazos y voltee a verlo con toda firmeza que me lo permití. Pero sólo se miraba las manos, confundido y atontado.

Este experimento no lo conocía.

Rebusqué entre las anotaciones en mi cabeza que había recolectado a través del tiempo sobre el comportamiento de Karkat y no encontraba mucho. Pero mi hipótesis era que muy probablemente estaba por explotar o empezando a deprimirse.

–No sentí nada –Alzó la mirada– ¡Es tu culpa!

– ¡No te atrevas! –Lo señalé–. No es mi maldita culpa que ya no te guste, ese fue el trato –Junté las manos y lo miré a los ojos–. Somos amigos, en algo quedamos, somos tu puto cuadrante que engloba amistad o una mierda.

– ¡Tú no lo entiendes! –Llegó a la cúspide de su mal genio y empezó a ir de más a menos–. No entiendes...

–No –Negué con la cabeza–. No entiendo tu punto.

Lucía como si hubieran apagado un interruptor en su interior porque fue un cambio muy grande el verlo como estaba por llorar.

–No es mi culpa –Me lavé las manos antes que nada–. No puedes esperar otra respuesta si estoy con Egbert.

– ¿De qué mierda hablas? ¡Que no eh sentido nada! –Me aventó la sudadera a la cara.

–Entiendo más a Kurloz y no habla, Vantas –Me estaba empezando a colmar la paciencia–. No sé si debo preocuparme, enojarme o sentirme halagada ¿Entiendes esto?

Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora