Capítulo 26: Columpio

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3rd Diciembre
12:54 A.M.

Helen

– ¿Puedes respirar bien? ¿Necesitas algo? –Le había dado un susto a John al verlo venir y se le salió el corazón. Le di una palmada en la espalda para evitar que siguiera con indicios de asma–. No soy un ladrón, soy yo.

Jugábamos a caras y gesto, y yo no me había enterado, o tenía el pulmón atorado en la garganta. Estaba indicándome que sí, pero no sabía a cuál de las preguntas o si era un "Si" a la afirmación de que no era un ladrón.

– ¿Venías comiendo algo? ¿Te atoraste? –Seguía dándole palmadas a ver si salía algo que tuviera en medio además de un nudo tremendo.

Se me estaba poniendo pálido así que me puse detrás de él para hacerle presión en el estómago, o lo terminaba de desmayar o lo ayudaba a respirar.

–Me vas a hacer vomitar –Hablaba muy bajo, muy áspero y parecía que el tono le cambió.

Lo solté y se fue para abajo.

– ¿Ya estás bien? –Me agaché para verificar que no había matado una pieza importante para la vida de Dave en medio de un parque.

Algo había aprendido a lo largo de mi vida y eso era no meterme con los caprichos de los Strider.

–No tenía nada atorado, pero resolviste lo de la respiración –Puso la mano en su pecho y terminó de toser el shock.

–Vamos ¿Quién creías que te iba asustar a estas horas en un parque? –Le seguía dando palmaditas en la espalda, para aliviarlo o reconectarle el disco que le saqué de la espalda.

– ¿Un ladrón? ¿Un violador? ¿Un sujeto extraño entre las sombras? –Alguien estaba viendo muchas películas o tenía la costumbre de prender las noticias matutinas a diario.

– ¿Tengo la pinta de violador? –Le di un último golpecito, me daba la libertad de quitar sus gafas y abrirle los párpados de un ojo con los dedos–. Responde.

– ¿Una chica puede ser violador? –Miraba hacia arriba con el ojo que tenía abierto de par en par–. O violadora.

– ¿Te muestro? –Solté su ojo.

Cómo que al inicio no lo captó del todo, pero en cuánto subió un poco de agua a su cabeza: se asustó. Me miraba como si estuviera sosteniendo la respiración.

–No, no, no –Puso las manos por delante, como si eso lo fuera a defender.

–Di mi nombre –Lo agarré de la camiseta para acercarlo a mí.

John tiene toda la pinta de haber sufrido en la primaria lo que Eridan en la universidad porque dentro del mal rol que era John, ya se había rendido, ya no era apto para la broma. Fue una anti-terapia de retroceso que dañó su memoria interna.

– ¿Helen? –Alzó una ceja, como si dudará si ese era realmente la forma en cómo me llamaba.

–Señorita Makara, para usted –Lo solté mientras intentaba no soltar la risa que veía venir.

–Señorita Makara, me ha dado el susto de mi vida en varias ocasiones de mi vida –Su respiración se tranquilizó de poco y sonrió–. Pero la quiero.

– ¿A quién?

–A ti.

–Ah –Me acomodé el cabello en la parte de atrás y miré por el entorno para centrarme en otra cosa.

– ¿Y tú? –Se asomó para buscarme la mirada.

–Sí, podríamos decir que me quiero, no me encanto pero me quiero –Lo miré jugando, pero él no supo disimular tan bien sus gestos.

Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora