Capitulo 57: Linaje 2/2

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2:31 A.M.

Helen estaba limpia, sus reflejos volvían de a poco así como su función motora.
 
Aún no hablaba.

La pareja fue trasladada a casa de los Makara en lo que la línea masculina de la familia se encargaba del desastre que cometió la fémina con el mismo apellido. John se encargó de terminar de curarla estando allí y cambiar su ropa con mucho cuidado de que no se cayera de nuevo al suelo, fijándose que no tuviera alguna otra herida importante alrededor del cuerpo y esperando junto a ella que Highblood no decepcionara.

– ¿Te sientes cómoda así? ¿Tienes alguna otra mancha? –Le preguntó John con la cabeza más tranquila que hace un momento. Se hallaba hincado frente a ella, quién estaba sentada al borde de la cama con ropa limpia y un cabello húmedo que empapaba su pequeña camiseta de tirantes grises, opacándola.

No dijo nada, miró hacía su almohada y se deslizó hacía allá a movimientos lentos, avanzando con los brazos temblorosos y John parándose enseguida para procurar que no saliera rodando hasta el suelo. No hubo necesidad de interferir, pudo recostarse sola.

– ¿Quieres dormir? –Egbert acariciaba su mejilla. Acomodó la almohada que tenía y ubico la manta que le pondría encima si le decía que sí. Helen asintió con la mirada gacha y John tomó la manta–. Debes estar cansada –Decía mientras la arropaba–. Es algo tarde, Helly.

Se alejó un momento para acomodar la manta en la zona de sus pues y ella lo agarró de la camiseta por la parte de atrás.

– ¿Pasa algo? –Pauso el movimiento de todos los músculos de su cuerpo por si es que había hecho alguno brusco que la asustase o algo. La miró por encima del hombro y ella parecía querer llorar– ¿Helly?

Se escucharon pequeños sollozos salir de sus labios y el agarre de su camiseta se tornó tan tenue hasta que su mano por fin cayó por su propio peso.

–Quieres que me quede contigo –Se sintió como Meulin traduciendo a Kurloz. Ella asintió y John le sonrió como si no fuera la asesina que recién vio en acción, volviendo a ser la mujer que tanto quería proteger y querer. Sin embargo, las ojeras y semblante tan fatigado le daba un aire... después de limpiar tanta sangre, curarla y ver tanto... De sentir que al toque de un suspiro podría pararse su corazón, pasó a estar en ¿Calma?

No calma de la situación, no le gustaba tener que ser cómplice en todo esto, pero... Helen estaba bien.

Viva, hermosa e inaudible al atascar sus cuerdas vocales por la catatonia. No podía temer de ella y lo hacía. A continuación se acostaría junto a una asesina. Asesina. Esa palabra no le dejaba trabajar a los engranes de su cabeza.

Pero estaba bien.

Helen asintió ante su pregunta y John atendió en seguida. Se recostó junto a ella y la mujer enseguida se acurrucó como si el frio la estuviese matando cuando la temperatura no era realmente baja. Ahogo a un suspiro al verle el primer movimiento rápido desde que la encontró en el campus y Makara lo miraba como un cachorro asustado.

–No me voy a ir –Avisó para su calma y con delicadeza la abrazó.

No respondió una vez más, sólo escondió la cabeza en el cuello del joven y la forma en lo tenía tomado de la camiseta le podría dar motivos para temer a Egbert; lo tomaba como si nunca lo fuera a soltar. Nunca lo quería soltar, pero en cambio John... Nunca se había puesto a pensar si valía la pena hasta ahora ¿Lo valía?

–Te amo –Lo dijo casi que obligado para recordarse así mismo que esos eran los únicos sentimientos que debería permitirse hacía ella–. Todavía te amo.

Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora