Capítulo 2: Coffee Boy

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11th Diciembre
3:00 P.M.

– ¿Qué tanto te mira? –Gruñía Karkat mientras le intentaba quitar una papa a Terezi, lo cual fue un plan fallido en primer lugar y recibió un manotazo cuando tuvo una papita en su poder, haciendo que la soltará– ¡Sólo es UNA, joder!

– ¿Quién la mira? –Terezi ignoró totalmente la situación con su comida y se interesó más por la conversación previa. Alzó la nariz en el aire, aspirando la mitad del lugar de un tirón.

–No lo sé, pero esta con Dave –Fue todo lo que Helen pudo aportar mientras se dedicaba enteramente a comer. Había estado con el estómago vacío toda la mañana debido a un contratiempo con su despertador llamado Norian, su cachorro, quién no la despertó para indicarle que era su hora de comer y la hora de ella para irse, por lo mismo no tuvo tiempo para tomar algo en casa y comerlo en el camino o mientras el profesor no miraba.

– ¡John! –Empezó a reír mientras se giraba, estirándose animadamente para agitar la mano de un lado a otro.

Si algo tenía Pyrope era una risa contagiosa, la cual se le estaba transmitiendo a la joven que tenía media comida en la boca. Para evitar un desastre, logró contenerlo en una sonrisa pequeña.

–Entonces se llamaba John –Murmuró mientras veía de reojo como seguía mirándola "discretamente" mientras hablaba con sus amigos, como si el ojo se le fuera a salir de orbita–. Cute.

– ¡NO! ¡No es Cute! –Vantas se empezaba a enojar al oírla decir eso, algo totalmente raro dentro de su naturaleza– ¿Podrías dejar de usar esa palabra para cosas idiotas?

– ¿Crees realmente que la uso para cosas idiotas?

– ¡En absoluto! ¡Siempre lo haces!

–Creo que eres cute, Karkat –Le dio la sonrisa más notoriamente hipócrita mientras en los ojos del mencionado hacía una ira muy fuerte. Esa mirada cansada y molesta que sabía que había perdido.

– ¿En absoluto qué? –Gamzee apareció para sentarse en la mesa y en seguida extendió una bolsa sucia de papel a su hermana–. De mi cocina a tu mesa, pequeña.

Le dio unas palmaditas a la bolsa y escurrió un líquido verde de una pequeña grieta que tenía. A veces la honestidad dolía, pero para una persona que no solía mentir como Helen, desde la cara que había puesta ya se sabía la respuesta que le iba a dar.

–No quiero –Le empujó la bolsa de vuelta y tomó su café como si fuera el último salvavidas del Titanic. Para variar, ya había empezado a comer con algo que pidió hace tiempo, no tenía el estómago como para esperarlo, aunque quizá lo hubiera hecho, puede que lo hubiera comido por hambre.

–Eres una pequeña hija de perra –Sacó la comida de la bolsa y se la metió a la boca de un mordisco, para la chica era una escena que quería ignorar.

– ¡ES ASQUEROSO! –La cara asqueada de Vantas era un poema, tanto así que le dio pena a la joven Makara y le extendió su café.

–Toma, para que no te sepa tan mal –Le sonrió ligeramente, notándose las ojeras de las noches anteriores. Señaló las papas de Terezi– ¿Puedo?

– ¡Adelante! –Le empujó el plato sin dudarlo y aguardó a que tomará un par para regresarlo a su posición.

Vantas hubiera explotado sino le hubieran dado el café para entretenerse. Después de años de amistad, aprendieron a prevenir situaciones como ésta. Hay veces en las que era mejor donar tu café a tener que pasar a la farmacia por algo para el dolor de cabeza causados por las escandalosos rabietas por parte del tan explosivo muchacho.

Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora