Capitulo 74: Return

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22th Septiembre
10:40 P.M.

No encontraba la fuerza dentro de su ser suficiente para tomar al gran y terrible bulto que era Gamzee fuera de su sofá. Intentaría durante quince minutos casi que cronometrados sin éxito, sólo se fatigaba más y empezó a hacerse a la teoría de que se había puesto pegamento antes de quedarse dormido sobre los cojines.

 –Vamos, Gamzee –Lo jalaba del brazo al caminar hacia atrás con los pies patinando sobre el suelo, rechinando al acto con sus tenis–. Karkat va enojarse otra vez si te ve ahí botado.

Finalmente sus manos resbalaron de él y cayó sentada al suelo, echando la cabeza hacía atrás en un suspiro de cansancio tras tanto trabajo tras prueba y error con sacar al muchacho de su mini sala de estar improvisada.

Como todo lo del dormitorio, tanto Terezi como Karkat habían puestos cosas para adornarlo o hasta cosas totalmente necesarias como el sofá que estaba ahora siendo ocupado, puesto por Vantas y alegando por él cada que su culo no pudiera sentarse. Era una pelea sin fin, pero es que Makara se podría ir a su dormitorio y Pyrope era quien se quedaba con el Sr. Gritos toda la noche.

No era la primera noche que se le colaba más allá de la hora, durmiéndose cuando le perdía atención.

–Santo dios ¿Qué mierda comes que te hace tan pesado? –Se cruzó de brazos y suspiró, observándolo con detenimiento al dormir–. Sino babeas, todo bien.

Se encogió de hombros y se puso de pies, tronando un poco su espalda al acto y revolviéndole el cabello antes de marchar a su habitación.

–Que pesado que tienen el sueño los Makara –Negó con la cabeza–. Una piedra se despertaría más fácil.

Lo dejaría esta noche como lo hizo las demás y como lo haría las que restarán, era una especie de caridad al saber que se quedaba porque en parte se sentía solo, extrañando el ruido que casa que le proporcionaba Vantas para que se sintiera en familia. Debería extrañar a sus hermanos, a sus mascotas, le parece que sus visitas nocturnas acabarán en cuanto tenga a sus hijos consigo, escondidos bajo la cama de su propio dormitorio.

Siempre pareció más pequeño que su hermana, siempre pareció más necesitado de afecto que ella o al menos lo exteriorizaban de forma diferente. Pyrope entró a su cuarto por una pequeña manta que tenía extra entre sus pertenencias y con ella cubrió al Makara.

–Ahora espera –Acomodó a los peluches de dragón que permanecían en la sala en común y los paró de forma que mirasen hacía el joven–. Listo, ahora te protegerán por la noche.

Finalmente lo dejó, sintiéndose bien consigo misma y apurándose a dormir antes de que el gruñón de Blanca Nieves hiciera un escándalo. Ayudaba a Makara porque había sido bueno con ella últimamente y pues, bueno, ella también se llegó a sentir extraña las primeras semanas en el campus. 

A unos cuantos pasillos de distancia, en el mismo edificio en el que se encontraba el dormitorio revoltoso con invitados-no-invitados extras, se encontraba un muchacho de pelos negros profundamente dormido con sus dos mascotas encima de las sabanas por ocasión especial; no les gustaba el ruido de la lluvia chocar con la ventana y así se sentían más cobijados.

John se quedó dormido muy temprano por la noche, cansado después de estar tantas horas tras un pupitre para luego pasarse al ordenador de su cuarto y terminas las múltiples tareas marcadas del día. Merecía un descanso y la lluvia lo ayudó, arrullándolo como un bebé con el sonido y clima que producía hasta quedar completamente dormido.

Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora