Capítulo 29: Family

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8th Diciembre
2:10 P.M.

Helen

–Pasa –Alcé la voz al oír como tocaban la puerta, Gamzee asomó la nariz–. Pasa –Le repetí e hice señas con la mano– ¿Qué pasa?

– ¿Estás sola? –Preguntó en un tono exageradamente bajito.

–Ahí está Norian –Apunté con el lapicero que tenía en la mano a mi cachorro comiendo como el animal salvaje que era.

Se decidió por entrar y cerró la puerta detrás de él, parándose como soldadito de plomo.

– ¿Querías algo? –Me giré con todo y silla, gracias a quién sea que haya creado las sillas con rueditas.

El estómago me llegó al cuello cuando lo vi.

–Gamzee... –No podía dejar de ver sus manos, pero sí el viera las mías posiblemente notaria que estaba dos tonos más claras por la baja de presión que me estaba dando–. Dime tú versión.

–No hay una jodida versión –Hablaba rasposo pero suave–. Es culpa de del hijo de puta de Caliborn.

– ¡¿De tu jodida serpiente?! –Me estaba enojando por lo estúpido que sonaba eso.

Tenía sangre del tono verde que más me preocupaba y me hacía sentido que hubiera pasado algo. Eran gotas, pero estaban. Gotas grandes y otras pocas de la suya.

Ya estaba por darme un ataque de ansiedad de pensar en todo, de pensar en lo que iba a pasar, de cómo pasó lo que pasó, como alejar a Gamzee a pesar de que estaba muy sereno (en parte) y sobre todo cómo calmarme a mí misma. Me sentí un burócrata con límite de tiempo para enviar un informe.

Entonces entró un ángel por la puerta, no literalmente, gracias al cielo.

– ¡Estábamos jugando! –Se asomó Nepeta con un rollo de papel de baño en las manos–. Apreté muy fuerte a su mascota y me mordió un poquito.

– ¿Cómo te mordió? –Le hice señas de que se acercará, mientras soltaba toda la tensión tirando aire por la nariz.

Le dejó el rollo a Gamzee para que se limpiará. Se sonrieron tan dulce que me tranquilizó un poco y entonces se acercó Nepeta: tomé su brazo, estirando la manga de su camiseta y vi unas tres mordidas ligeras acompañadas de una grande que fue la causante de todo.

–Te voy a curar –Me paré para buscar la bolsita que traía de botiquín–. Te va arder un poquito por tu bien.

–Gamzee también tiene –Lo señaló, no con malicia como lo hubiera hecho cualquiera sino con todo el amor del mundo, para que lo curase también.

–Siéntate –Le indiqué a Gamzee–. Tú primero, para que Nepeta vea que no pasa nada.

Le hablé paulatinamente para que entendiera que aunque le doliera como la quinta mierda, se iba aguantar, iba a disimular y sonreírle al final porque la niña era eso: una niña.

–Todo va estar bien –Me tocó el corazón ver cómo apoyaba a mi hermano, como si él fuera el niño y ella la mayor–, no te va doler.

Por accidente vacíe un poco de agua oxigenada fuera del algodón y cayó directo a la herida de Gamzee. La aguantó tan bien que merece un premio de la academia. Solo pataleo muy discretamente, como si tuviera un calambre debajo del agua.

–Perdón, perdón –Empecé a limpiar rápido para que dejará de estarse retorciendo por un pequeño error–. Ya está, mira que ahora te deja de arder.

Le tambaleaba la sonrisa, pero la portaba.

–Ven –Me acerqué a la menor de las Leijon, poniendo el agua oxigenada en el algodón muy lejos de sus heridas y luego pasándolo por las mismas–. No mires, así te duele menos.

Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora