Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]

Capitulo 63: Past

28th Marzo
1:34 P.M.

∆

– ¿Segura que no tienes hambre? –Preguntaba Jake, alcanzando la perilla para abrir la puerta–. Puedo buscarte algo para que comas. 

–Comí antes de venir, Kurloz ahora no me deja salir sino lo hago –Mintió sobre lo de su hermano y dijo la verdad sobre que había almorzado antes–. Se cree mi padre –Eso si también era cierto–. No sé qué bicho le picó.

–Pues que sepas que me da gusto oír eso –Sonrió el joven, abriendo la puerta para que Helen pasara antes que él.

Se dieron paso a la casa que aunque ajena ya era como la casa de todos donde podían estar e irse sin limpiar. En la casa de los Strider normalmente eran bien recibidos ya que su compañía era grata, pero para este momento, además de tener casa llena con la presencia de John, Karkat y Jade, era el peor de los momentos posibles.

–Ay mierda –Fue el recibimiento de Dave al ver a Helen en casa.

–Hola para ti también –Frunció el ceño– ¿Y ese buen humor?

El ambiente del lugar parecía tranquilo hasta que su presencia interrumpió un algo que desconocida, como si un CD se hubiera detenido gracias a que estaba demasiado rayado como para seguir reproduciéndose. Los Strider la miraban como si fuera un agente extraño, un ladrón que venía a robar la paz que les había costado reconstruir.

De esas miradas la Makara ya tenía mucho en estos últimos meses.

– ¿Siempre si trajiste a Bec? Le había dicho a John que... –Dirk bajó con la mirada en su teléfono al ver el último mensaje de English que avisaba que estaba por llegar, suponiendo que el ruido de la puerta era por su presencia, pero al alzar la mirada y encontrarse con Helen, se puso pálido–. Mierda, Helen.

–Me estoy enojando –Alertó la mujer tras el peor recibimiento del mundo.

–No, lo dejé en casa –Contestó Jake a lo que le había preguntado previamente. Justamente su roomie le envió un mensaje que mejor lo dejara con Buddy ya que Dave le había advertido que por hoy no hubiera animales por la casa–. No te preocupes.

–Helly, ven un segundo conmigo–Dirk la pescó del brazo entre risillas falsas y se acercó discretamente al oído de su novio– ¿Por qué no me avisaste?

– ¿Están enojados? –La preocupación era natural, su cara de alegría decayó, dibujándole una cara de angustia en su bonito rostro–. Pensé que se habían arreglado.

–No es eso –Decía a regañadientes.

–Imbécil, si siento –Se quejó Helen, agitando su brazo e indicándole que se estaba pasando de fuerza al apretar.

Se alejó de Jake y la tomó, alejándola de la sala y llevándosela a la cochera donde de vez en cuando se quedaban a conversar mientras trabajaba en algún proyecto inconcluso. No tenía sentido que lo hiciera de repente y a la fuerza, casi que se sentía como esos niños regañados que los arrastraban a un cuarto para pegarles por sus malas acciones y cuestionarles el porqué de las mismas. No charlarían precisamente, pero tampoco iba a golpearla; sí.

–Ya –Se zafó de un tirón y Dirk se apresuró a cerrar la puerta apenas entró– ¿Qué? ¿Por qué mierda me hablan cómo si hubiera matado a alguien?

El Strider bajó sus gafas y arrugó el entrecejo. No la juzgó, le hizo saber con la mirada que no era la mejor comparación aunque fuese broma.

–Bien –Se cruzó de brazos y bajó la mirada– ¿Si es por eso?