Capitulo 77: Epilogo

54 4 124
                                    

Había pasado tanto tiempo que las lunas no se podían contar con los dedos de una mano aunque alguien más te ayudase, la fecha y hora dejó de importar al pasar de los años así como tintes del cabello de Makara.

Existieron tantas cosas que se concretaron y otras muchas que el viento se llevó junto con el capricho de terminarlos. La comenzaba a darle sentido a sus decisiones así como el peso de la responsabilidad de todas y cada una, afectando no sólo a su persona sino que también al resto.

Algunos le decían "ser adulto", a otros les gustaba más algo tipo "madurar" o algo que los pudiera hacerse sentir orgullosos de haber llegado hasta esa etapa de su vida cuando no se esperaban seguir vivos después de los 25 años de edad.

Muchas cosas cambiaron y otras nunca dejaron de hacerlo.

El cielo nocturno los iluminaba mientras Helen mordía su labio para no llorar y Dirk intentaba presentarse serio ante la situación, acostumbrado a ser llamado a altas horas de la noche para distintos motivos, sin poder especificar uno ya que a veces eran buenos, otros malos, y otros insoportables.

Aun no sabía cómo catalogar este encuentro dado que ella llevaba media hora mirando sus manos al sollozar sin lágrimas rodando.

–Ah ya veo –Bufó al encontrar la respuesta justo a donde la mirada de la Makara apuntaba y le tomó la muñeca para ver como en la punta de sus dedos y uñas había manchones secos de sangre roja– ¿Era esto?

–Casi le arranco un trozo de piel –Apenas podía vocalizar las palabras de lo temblorosa que su voz se hallaba, quitando de un jalón su mano de la del rubio para esconderla–. Yo no...

–Sí, lo sé –Respiró hondo–. Sé que no querías. 

Entonces fue que intentando volver a hablar, soltó un pequeño llanto que intentaba retener sin éxito alguno. El Strider la envolvió con un brazo detrás de sus brazos y la acercó para cobijarla en un abrazo.

Era una llamada para algo malo, si es que así podríamos llamarle a una recaída.

Helen Makara había tenido una buena vida o al menos una mejor de lo que esperaba después de conseguir estar con quien amaba desde hace años en un pequeño apartamento en las afueras de la ciudad. Estuvieron listos un día para estar con el otro y desde entonces no han dejado de estarlo... A pesar de todo.

Las recaídas con el café eran frecuentes y casa que eso ocurría, John salía lastimado por la mano de la chica. Makara se arrepentiría al instante y él lo vería normal ante la costumbre; ella se ocultaría de la vergüenza cerca de su mejor amigo y no volver hasta saber cómo pedir perdón de la forma correcta.

–Empiezo a entender por qué mamá se fue –Comentó la chica mientras se limpiaba la nariz con la manga de su sudadera–. Entendería si también lo hace John, ya no quiero lastimarlo.

–Hey, tus padres habrán tenido sus líos, no intentes vincularte con ello –Le dio una palmada en el hombro para avivarla, haciendo que lo mirase para así regañarle mejor–. Ya estás algo grande para esconderte con eso.

–Puede ser... –Dejó caer la cabeza encima de su hombro–. Al menos ellos tenían una familia.

–Te regalo a Dave si tanto quieres una –Bromeó y logró sacarle una sonrisa–. Sigues con eso.

–Me duele un poco, si –Lo decía como si nada cuando en realidad le importaba más de lo que fingía hacerlo.

Sólo quería consuelo, Dirk ya había aprendido a leerla lo suficientemente bien entonces cuando sus parpados inferiores adoptaban otro color. Era gracioso de cierta forma como con un par de lágrimas lograba verse como si la hubieran golpeado entre cinco personas cuando realmente sólo era el pulso de su sangre con el tono tan especial de la misma.

Who You Wanna Be | John Egbert [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora