Fiesta de bodas

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PARABOLA DE LA FIESTA DE BODAS

Mateo 22.1-14

En el libro de Mateo se pueden encontrar parábolas que se entretejen, esto es debido a la igualdad de su enseñanza. Por ejemplo, la parábola de la fiesta de bodas, la parábola de los dos hijos y la de los labradores malvados son esencialmente iguales en cuanto a que enseñan sobre el arrepentimiento, la voluntad divina y la libertad humana.

La parábola de la fiesta de bodas describe un evento muy especial que corresponde a las nupcias o vínculo. Si bien, un funeral es un evento donde se llora por la pérdida de un ser amado, una boda, por el contrario, es una celebración porque es un momento en el cual nuevas vidas (hijos) llegaran a este hermoso mundo. La gente llora en los funerales debido a la muerte, pero aplauden en las bodas porque se regocijan en la vida.

En la parábola de la fiesta de bodas, se nos dice que un rey quiso celebrar la boda de su hijo con una fiesta, para eso envió a sus siervos a llamar a los invitados. Estos "siervos", son en realidad los profetas de Dios. Pero, el término profeta no es propio del lenguaje hebreo, sino más bien del griego, que significa aparición, por lo tanto, considera que el profeta es alguien que predice un evento o el futuro. No obstante, en hebreo, profeta se dice "Neviím", y significa enviado. Contrariamente a la creencia popular, la esencia principal del profeta no es un vidente del futuro, ni milagrero, aunque en la biblia encontramos profetas que poseen estas cualidades; un verdadero profeta, es aquel que se comunica con Dios, transmite su mensaje y revela la voluntad de Dios.

El rey, que en realidad representa a Dios, envía a sus siervos (profetas) a llamar a los invitados, pero estos últimos rechazan el banquete del rey porque estaban demasiado ocupados en sus propios asuntos, enseñándonos que es Dios quien prepara el encuentro, pero es el hombre quien por medio de su libre elección acepta o rechaza la invitación. El hombre fue creado con la capacidad de escoger el bien o el mal, de acercarse o distanciarse, porque si Dios quisiera una raza que solo escogiera lo correcto, habría creado marionetas. Sin embargo, este no es su deseo, él quiere seres con voluntad propia y responsables de sus acciones, no robots. Algunos de los invitados rechazaron el banquete por dedicarse a su labranza, y otros a sus negocios, dando a entender que el llamado fue para toda clase social y nivel espiritual por igual. Ya que el Señor no hace excepción de personas, empero los invitados, prefirieron ignorar el mensaje porque sus intereses estaban por encima de su llamado. Es decir, amaban más lo que tenían que lo que Dios les ofrecía. A veces la prosperidad y comodidad material nos permite simplemente centrarnos en el mundo, dejando en un segundo plano nuestro compromiso con Dios, impidiendo que completemos el viaje de nuestro potencial espiritual, tal como ocurrió con Taré, padre de Abraham, quien salió de Ur, pero debido a la prosperidad material que halló en Harán, no continuo con su travesía hacia Israel. También Jacob, quien prometió volver a la casa de su padre, empero se termina asentando en Siquem. Igualmente, les ocurre a sus descendientes, quienes debían vivir de manera provisoria en Egipto, específicamente en la tierra de Gosén, pero terminan quedándose por cuatrocientos años allí y debido a su prosperidad económica, se asimilan y cometen idolatría. Por lo tanto, esta parábola nos expone lo peligroso que es el amor por lo material, el cual se convierte en el mayor obstáculo al cumplimiento del llamado divino, tal como dijo Jorge Luis Borges, "Uno debe tener cuidado al elegir sus enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos". Es decir, entre más tiempo pasemos en búsqueda de los afanes de este mundo, más nos costará salir. Por otra parte, el libro de Éxodo 12.37-39 nos cuenta sobre lo rápido que fue la salida del pueblo de Israel de la tierra de Egipto, asimismo fue en la destrucción de Sodoma y Gomorra, los ángeles le dijeron a Lot "date prisa y escápate allá". Enseñándonos que nuestra huida del pecado debe ser dinámica, en otros términos, debemos aprovechar esos momentos de claridad para ser radicales, de otro modo, perderemos esa oportunidad de salvación. Debemos saber que nuestra vida puede cambiar en cualquier instante y de nosotros depende una parte, la cual consiste en estar atentos a las oportunidades.

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