El amor más auténtico que jamás he sentido,
el palacio más espléndido que jamás he recorrido,
la amistad más noble que jamás he compartido,
el banquete más suntuoso que jamás he degustado,
las palabras más profundas en las que jamás me he sumergido,
el paisaje más resplandeciente que jamás he advertido,
pero que mi alma siempre ha conocido.
Pues, mi vida no es la que recuerdo, sino la que se esconde en lo que jamás he vivido.
Revelas tu gloria al insensato para que abandone sus caminos,
y atraído por la sed que provoca tu grandeza, se aventura en tus senderos divinos,
porque después de ti, mi Dios, todo cambia,
y sin ti, nada vuelve a tener sentido.
Gloria a Jesús.
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Un café con Dios 2
SpiritualUn café con Dios 2. Relatos cortos para esos días frios...
