El desperfecto

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El plan de Dios no fue hecho únicamente para nosotros; sin embargo, tenemos una función en su diseño, si así lo queremos. Más no es un plan exclusivo, sino más bien somos parte del propósito. Por lo tanto, terminará siendo bueno para uno y a pesar de no tener la claridad de nuestro cometido, debemos intentar realizar lo correcto.

Un día el vehículo de un hombre presenta desperfectos, por lo que decide llevarlo al servicio técnico. Una vez allí, el mecánico le dice que debe dejar el auto porque se deben reemplazar unas piezas, porque la reparación tardará aproximadamente dos días. El hombre acepta y comienza a utilizar el transporte público. Sin embargo, para poder tomar la locomoción que lo lleva a su casa, tenía que caminar aproximadamente unos veinticinco minutos. Así lo hizo por los dos días que su vehículo estuvo en el taller. Cuando se cumplió el plazo, llamó para consultar el estado del vehículo, y le dijeron que la reparación tardaría mucho más. El hombre, un poco molesto, no le quedó más opción que esperar. Al día siguiente, cuando iba caminando a embarcarse para llegar a su casa, un hombre en estado de ebriedad se le acerca y le pregunta:

- ¿Dónde queda el hotel el milagro?

Él, un poco dudoso, no le responde e intenta pasar de largo, pero el hombre en estado de ebriedad le dice:

-No soy de aquí y estoy perdido.

Entonces, se devuelve y este le responde:

-El hotel que buscas queda en dirección al centro, está a unos veinticinco minutos de aquí, yo voy en esa dirección, si quieres vamos juntos.

Entonces caminaron, mientras el hombre en estado de ebriedad le contaba:

-Yo soy de otra región, vine de vacaciones a este lugar, estaba con unos amigos celebrando y me pasé de copas. Cuando me dirigía a mi hotel, la policía me detuvo y me pasó una infracción por intentar conducir en estado de ebriedad, y me llevaron a la comisaría. Cuando me soltaron, caminé en esta dirección, ahora no sé dónde estoy, no conozco estas calles y solo quiero llegar a mi hotel.

En el camino, el borracho se orinó en sus pantalones, pues, venía en un estado muy deplorable y confundido, por lo que dificulta mucho más el trayecto. El hombre pensó en dejarlo ahí, pero sintiendo misericordia, insistía al borracho a continuar.

Cuando llegaron al centro de la ciudad, el borracho estaba muy confundido y desorientado y comenzó a comportarse de manera inadecuada y violenta, pero aun así el hombre persiste con la búsqueda del hotel. Una vez que lo halló, se dio cuenta de que el borracho era alguien de renombre en su ciudad, se trataba de un ex militar que había realizado actos bondadosos y justos en su localidad.

Cuando por fin el hombre se pudo embarcar para llegar a su hogar, pensó: Si no tuviera mi auto en el taller, jamás podría haber ayudado a este hombre. El camino hacia el centro es peligroso, con muchas curvas y subidas, quizás se hubiera caído, quizás lo hubieran asaltado o tal vez el sueño se apoderaba del y durmiendo en la calle, podría haber sufrido alguna hipotermia a causa del frío de la noche. Eran muchas las posibilidades trágicas y para ser sincero se decía: - ¿Quién está dispuesto a ayudar a un borracho que desconoce?

Cuando llegó a su casa, su esposa le dio el mensaje de que su auto estaba listo y que tenía que ir a retirarlo, entonces, reflexiono: A veces lo que ocurre no siempre es lo que esperamos, pero siempre será de beneficio. Todo lo que ocurre acaba siendo bueno, empero ese bien no es exclusivamente para nosotros; otros podrán beneficiarse por medio de nuestros infortunios y eso finalmente será bueno para nosotros, porque cuando hacemos el bien a otro que no sea uno mismo, se vuelve más misericordioso, bondadoso, generoso, compasivo, entre otros. Y eso termina siendo bueno para nosotros, porque adquirimos cualidades que nos acercan más a Dios, que es el máximo bien.

Dios creó al hombre con la capacidad de imitar su bien. Cuando el hombre decide obedecer la voz de Dios, atrae el fulgor divino hacia su propio ser y entonces, en vez de ser un simple receptor, se convierte en un socio de Dios.

Todo lo que Dios hace es ultimadamente bueno, es cierto que hay cosas que no entendemos. Hay eventos que de forma prematura parecen ser perjudiciales, empero, todo proviene de Dios, por lo tanto, terminará siendo bueno, como dice en salmos 46. 10 "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios" 

Si tenemos la paciencia de esperar, veremos que todo es ultimadamente beneficioso. 

Gloria a Jesús.

Un café con Dios 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora