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—Mexique, ya está el desayu... no.

Enrojeció al ver a México recostado en la cama, desnudo y con un corazón de papel cubriéndole la intimidad.

—Qué... —muy avergonzado, apenas podía hablar.

—Todo esto es lo que te va a comer —sonrió coqueto.

—Ah... No sé qué estamos celebrando.

—Happy horny day, maplecito.

—Ah....

—Ven y quita el corazoncito.

—El desayuno... —señaló.

—Aquí ya tenemos la leche —le guiñó.

—Oh, mon dieu. 

Dulzura [México x Canadá]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora