"Deja de hacerle daño. ¡¿Qué mierda te pasa?!"
Había escuchado el mismo sermón durante meses, tal vez desde el tercer o cuarto mes desde que empezó a salir con Canadá y tuvo un "desliz".
Había sido víctima de regaños e insultos por parte de USA desde que, por primera vez, mordió el cuello de Canadá en medio de su deseo por marcarlo como suyo.
"Es un beta, necesita que lo traten con cuidado, necesita que lo aprecien por lo que es... y no que lo lastimen cada vez que a alguien le gana la calentura."
—Pinche gringo.
Bufó antes de llenar su copita de tequila y beber de un solo trago. Pero la bebida no estaba sirviendo para escapar de su infierno lleno de memorias bonitas y feas.
"Cada que veo una venda nueva en el cuello de mi hermano, quiero romperte el cuello."
Como si no entendiera ese sentimiento de impotencia y furia. México lo había sentido desde la primera mañana cuando despertó y vio la sangre manchada en la sábana y en la piel de ese hermoso cuello. Esa sensación de ardor en su pecho y de un nudo en la garganta debido a la culpa.
—Yo lo amo demasiado.
Volvió a bufar, a servir, y a beber sin respirar. Una y otra vez, como venía haciendo desde el mismo día en que vio las lágrimas de su maplecito brotar por su culpa. Había estado bebiendo desde que terminó con Canadá, y sinceramente no pensaba detenerse, porque al menos así, dolía un poco menos.
—Cada vez hay más temores, hay más inseguridad~
Cantaba con las palabras arrastradas debido a que su lengua no obedecía como corresponde. Cantaba la primera canción que se le venía a la mente mientras escuchaba de fondo un programa ridículo en la televisión. Cantaba porque a Canadá le gustaba la música y a él le gustaba cantarle mientras bailaban sin ritmo en medio de su sala.
—Es momento de afrontar la realidad~ —reía embobado por el recuerdo de esa sonrisa—. Tú me amas... y yo te amo... pero tengo que soltarte~.
—Me hace más daño seguir contigo~ —canturreó un recién llegado.
—Me he cansado de intentar y no lograr...
—Que te vuelva a enamorar —se sentó junto al mexicano.
—¿Qué haces aquí? —ni lo miró, siguió en lo suyo.
—No sé... Alguien me dijo que estabas deprimido, causita —Perú se sirvió en un vaso que halló por ahí—. Que andabas depre y que ponías canciones muy raras a veces.
—No quiero hablar.
—¿Es verdad que ya no k'achas con Canadá?
México le lanzó su vaso, pero Perú lo esquivó fácil, normal porque los movimientos del tricolor no estaban coordinados por todo el alcohol en su sistema. El peruano solo se echó a reír, sin creerse el deplorable estado de su amigo, siendo que el rumor decía que fue México quien terminó con Canadá.
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Dulzura [México x Canadá]
Fiksi PenggemarConjunto de drabbles CanMex con temática omegaverse.