Dulzura [México x Canadá]

36.

—¡Florecita!

Acababa de llegar, y lo hizo casi corriendo porque tenía una urgencia.

—Florecita.

—Mexique, estoy en la cocina.

—¡Florecita! —se quitó el suéter y lo lanzó lejos, al igual que sus zapatos y medias— ¡Florecita! ¡Quiero que me cojas bien duro! Hasta que me duela el...

Canadá intentó detenerlo, de darle una señal, pero el tricolor no estaba para captar feromonas negativas... Ni nada en realidad. Porque le urgía coger, porque esa mañana no pudo estar con su novia y...

—¡Es neta! —se quejó frustrado mientras miraba al techo.

—Intenté detenerte.

—Qué vulgar —la mirada reprobatoria de UK era dolorosa.

—Mexique, sube tu zíper.

—¡Ahora la regué con tu papá inglés! —quería llorar—. Señor monopoly, en serio no... creí que...

—Papá —Canadá miró esperanzado a su papá—, no lo juzgues. Mexique está cerca de su celo.

—Se parece a tu padre —UK sólo ignoró al mexicano y volvió a su tarea de mecer la salsa—. Cuando llegaba a su celo, no me dejaba en paz.

México quiso decirle a UK que, con ese trasero, entendía por qué el francés se comportaba así —agradecía a la virgencita que su Canadá heredó ese trasero—. Pero en vez de eso, solo miró a Canadá y le hizo una seña obscena con su boca y sus dedos.

—¡Mexique! Sube y toma tu medicina.

—Bendito sea tu papá aquí presente que te heredó lo hermosa —sonrió antes de morderse el labio y respirar—. Ya vuelvo.

—Lo siento —susurró cuando México se fue.

—No te preocupes, cariño —UK suspiró—. Soy omega... Y sé lo que significa pasar por un celo.

La ventaja que tenía México, era esa, que UK parecía no odiarlo por completo, después de todo, compartían casta y sabían lo difícil que era su situación ante un alfa.

—Y tranquila —miró a su hija—. Me iré después del almuerzo y los dejaré solos.

—¡Papá! —enrojeció.

—Si eres como Francia, lo único que quieres ahora es subir y tomar a ese chico —sonrió burlón—. Solo, usa protección.

Sí. Eso fue vergonzoso e incómodo. Y el almuerzo lo fue más, porque UK obviamente se dio cuenta de que el tricolor tocaba a Canadá por debajo de la mesa.

Pero UK gustaba de ver a esos dos sufrir un poquito, para después reírse con los recuerdos mientras molestaba a Francia con los detalles de su visita. Ah sí. Lo mejor era ver a ese francés enojarse como un niño.